Te mereces esta playlist porque es buena para ti, como decía la famosa canción C'est si bon, que aquí versiona Doris de la Torre con Los Armónicos. Y te mereces también una copa llena escuchando a Pantera y una última copa oyendo a Los Cubaztecas. Se trata de disfrutar con todas estas sonoras y conjuntos y de bailar con estos sones y estas guajiras, porque te lo mereces. Gladys invita.

Una sesión que pasa de cero a cien en cuestión de segundos gracias a la alegría de Quantic y su invitado J-Live. Y luego, soul italiano, cajón electro-peruano, samba estilo portugués, y dos combinaciones que no dejan indiferente a nadie: la de Bebel Gilberto con la voz de Nat King Cole en modo "teletransportación", y la de G-Swing con Rossy de Palma con todo su Swing For Modern Clubbing. Una playlist no apta para cardíacos... Gladys style, como no.

“En todo tiempo mi son cubano ha sido el rey”, decía una canción y esta playlist de Gladys es una prueba de ello. Antes y después de la revolución, según Julio Gutiérrez; dentro y fuera de Cuba, como lo muestra Pierre Arvay; con cantos africanos al estilo de Franco, o instrumentales chicanos al estilo de Eddie Cano. Es el son cubano, íntimo y amoroso, errante y bohemio, afro, blanco y hasta malagueño. Un sonido atemporal.

Esta sesión arranca dramática, dolorosa, intensamente romántica, como es la música de Sol Escobar. Sigue resignada a afrontar la decepción con insistencia, tal y como lo canta Natalia Lafourcade. Y continúa con ese sabor amargo que dejan las despedidas amorosas, según Monsieur Periné. ¿Más? Claro, con toda esa fuerza de Susana Baca que parece cubrir un bosque, y la delicadeza de Prisca Dávila y su piano recorriendo pasajes llaneros. Y Mario Biondi y su vozarrón retumbante, y Brad Mehldau para evocar viejos tiempos y eternas actitudes: "Cuando me siento triste, sencillamente recuerdo My Favorite Things".

¡Panamá está en órbita! A pesar de ser eliminada por Inglaterra por un rotundo 6-1, su equipo de fútbol marcó el primer gol de su historia en un Mundial. Pero hay una noticia aún más importante, que también es otro récord: en los 51 años de su creación, la legendaria banda de Bocas del Toro, The Beachers, está de gira en nuestro país. Los padres del calypso istmeño pasarán por Barcelona, Madrid y Tenerife. Y es justamente con su sex-and-drugs-and-rock’n’rollesco himno que abrimos nuestra playlist del día. Porque como dice la Nueva Alegría, no solo se puede vivir del amor. Ni tampoco de la pelota y del peloteo. Sócrates, Solinka, Roberto, Mañe, Bush y los otros miembros del equipo, ¡sigamos pa’lante!

Isolina Carrillo escribió Dos Gardenias, un bolero que se puede leer en clave poética, con algunas de las imágenes más simbólicas que se hayan pronunciado en la lírica hispánica. Ese "a tu lado vivirán y se hablarán/ como cuando estás conmigo" está a la altura de muchos poetas de esa generación. Pero no nos pongamos profundos, está sesión va y viene con artistas clave de la música latina como Jack Costanzo y Beny Moré que comparten escenario con otros músicos de nuevo cuño como Nathy Peluso, que reclama nuestra atención con este Ma Time.

Panamá no es una isla. Pero es toda mar y océano. Un mar y un océano de melodías y talentos cuyas aguas Gladys Palmera sigue surcando. Caballeros de Colón, Su ritmo me llama. Dejémonos hechizar por los cantos de los Beachers, de los Hermanos Duncan. Desatémonos del mástil de la conformidad. Destapémonos los oídos. Compartamos ese Sueño de amor de Los Magníficos. Que sus guaguancós embellezcan la banda sonora de nuestra odisea. Al igual que los sones eternos de Bush, Gilberto Recuerdo y René Santos. Panamá, Colón, Portobelo… allá vamos.

"Ya nada me importa" parece un título demasiado derrotista y pasota para una sesión musical tan luminosa pero en las Gladys In Session nos gusta jugar al despiste y concedernos un momento para la dispersión emocional. Y bueno, ya puestos a ser sinceros, un "ya-nada-me-importa" de vez en cuando debería estar recetado por la seguridad social.

Ya lo saben: desenchufen el cable emocional durante unos minutos (60 en esta sesión) y déjense ir y venir, sucumbiendo a lo irracional y concediéndote el capricho de no pensar en nada y a ser posible en nadie. Porque ya lo decían los antiguos: no hay pecado sin recompensa.  

Hay semanas que las sesiones de Gladys persiguen casi una misión poética. Podríamos decir que el fin último consiste en alterar los estados de ánimo a base de músicas insinuantes, muchas de ellas de nueva creación, con las que superar achaques o disimular desvaríos. Y es que en Radio Gladys Palmera reivindicamos la bohemia, una palabra en desuso, que practican aún algunos fieles que viven la noche a tientas y el día a ciegas. Para esos seres que renuncian a ser idénticos, que no esconden sus cicatrices pero que tampoco las exhiben como medallas, aquí va nuestro homenaje. 

Me voy pa’ Perú, canta Cantiflitas. Pero esta descarguita la graba en París con músicos cubanos. Y es justamente a Cuba que nos lleva esta sesión. En una Cuba muy diversa. Silvestre Méndez y su Tribu nos invitan a bailar el son en Mayarí, Guantánamo. Guyún, con su guitarra y su trova jazzística, nos trae de vuelta a la ciudad capitalina. En nuestro viaje ideal, allí también están Rumbavana, Arty Valdés y Luis Varona. La controversia de El Indio Naborí, el más melodiosos de los guajiros, evoca los bohíos, los campos de caña y los platanales. Desde Puerto Rico, le contesta el polifacético Joe Pappy. Desde México, el cubano Leo Soto recuerda los tambores de su tierra con su nuevo ritmo Oriza. Panamá, Venezuela, Nueva York son otras etapas de nuestra odisea. Pero el espacio será nuestro destino final, con el Guapachá en la Luna de Los Rivero. Dicen que allí Gladys Palmera está de moda.