Marco Aurelio fue un digno sucesor de Antonino. Se decía que el segundo rey de Roma, Numa Pompilio, era su antepasado, y él mismo decía: «Les debo a los dioses tener buenos abuelos, buenos padres, una buena hermana, buenos maestros, buenos allegados, buenos parientes y amigos: prácticamente todo bueno».
Lo habían educado de forma muy esmerada, y era el mejor alumno que un maestro podría haber tenido. Practicaba un movimiento filosófico conocido como estoicismo, según el cual la gente debía soportar noblemente todos los pesares de la vida y buscar ser bueno antes que ser feliz.
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Fuente: «La historia de los romanos», de Hélène Adeline Guerber, disponible en https://academialatin.com/cultura-romana/historia-romanos-guerber/