La noche del domingo 1 de noviembre quedará grabada en el corazón y la memoria de todos los peruanos, creyentes y no creyentes, que se unieron a través de la Misa Televisada por el Día de Todos los Santos para honrar a nuestros muertos por la Pandemia.
Al promediar las 19:00 horas, la Plaza Mayor de Lima se mostró sin fieles y revestida de velas, al mismo tiempo que las campanas de la Catedral de Lima resonaban para dar inicio a la Celebración Eucarística, con la participación de los obispos titulares y auxiliares de las diócesis de Callao, Chosica, Lurín, Carabayllo y Lima.
Y con el sonido de los pututos (instrumento de viento andino), se fueron proyectando, una a una, las fotografías de más de 10 mil compatriotas que perdieron la batalla contra el coronavirus. Pero esta vez no estaban solos, “una muchedumbre inmensa” (Apocalipsis 7:9) de familias peruanas se unieron espiritualmente desde sus hogares para darles una despedida digna.
En este marco de reflexión y solemnidad se llevó a cabo la histórica Misa en memoria de todos los fallecidos por Covid-19, con la participación de la comunidad quechuahablante y shipiba, quienes cantaron el Salmo 23 y leyeron la Primera Carta del Apóstol San Juan en sus idiomas nativos, respectivamente.
Durante su homilía, Monseñor Carlos Castillo, Arzobispo de Lima y Primado del Perú, saludó a todos los obispos de las diócesis hermanas que estuvieron presentes: Monseñor Norberto Strotmann; Monseñor Robert Prevost, el Padre Amadeo Raymi (en representación de Monseñor Carlos García); Monseñor Lino Panizza; y los Obispos Auxiliares, Monseñor Arturo Colgan, Monseñor Ricardo Rodríguez y Monseñor Guillermo Elías.
El Arzobispo de Lima señaló que en la Fiesta de Todos los Santos también hemos querido celebrar a nuestros difuntos, especialmente a aquellos “que nos ha dolido no poder enterrar, los difuntos que han sufrido la Pandemia y por quienes todos sufrimos”. Pero también están aquellos que han acompañado a nuestros enfermos, a curar sus heridas y enjugar sus lágrimas: “a ellos también queremos celebrar hoy”, añadió.
"La Iglesia está constituida, básicamente, por aquellos que están para servir y no para ser servidos. Por eso, nos unimos a todos los que son servidores, a los que se unen al gran sufrimiento de la gente para consolarla, alentarla y decirle que nuestro Dios se propuso cambiar el rostro egoísta de la humanidad por el rostro amoroso de una humanidad hermana", expresó el Primado del Perú.