Definitivamente esta no va a ser la primera vez que me escuches hablar de esto, pero ciertamente creo que es una pregunta muy importante, o tal vez la más importante: ¿quién eres?
Si estamos despiertos, si sabemos quiénes somos realmente, podremos conectar con esa fuerza superior que yo llamo Dios, y ser verdaderamente felices. Solo necesitamos volver a ser niños, y dejar de pensar cómo resolveremos nuestros “problemas”.
Cuando soltamos nuestros pensamientos, juicios y creencias, volvemos a nuestra verdadera identidad. La pregunta ¿quién soy yo? no tiene respuesta, es incontestable. Tu mente inventará muchas respuestas. Tu mente dirá… eres la esencia de la vida, eres el alma eterna, eres divino, y mucho más. Cuando todas las respuestas han sido rechazadas, la pregunta desaparece… entonces tú sabes. Pero ese saber no es una respuesta: es una experiencia existencial.