Vivimos un tiempo de incertidumbre, un tiempo de emergencia, estamos siendo testigos de un momento histórico y posiblemente asistimos incrédulos a un punto de inflexión en la historia reciente de este planeta.
Este tipo de crisis nos retratan de cuerpo entero, esta emergencia mundial es como un gran espejo en donde se refleja lo mejor y lo peor de cada uno de nosotros.
Por un lado, hemos visto actitudes solidarias, gestos desinteresados, amor al prójimo, la responsabilidad social de muchas y de muchos ha quedado patente. Estos tiempos de crisis nos permiten revalorar la importancia fundamental que tienen las instituciones públicas y el estado social de derecho, nos permiten entender que solo un estado solidario y una fuerte inversión pública nos dan la capacidad de responder ante estas eventualidades.
Es hora de despertar de esa “larga noche neoliberal” en la que adormecidos como por una especie de canto de sirenas hemos permitido el saqueo de todo lo público, de todo lo que es nuestro mientras aplaudimos indolentes y estáticos.
Sin embargo, al otro lado de la acerca, hemos presenciado cómo los mismos de siempre, los grandes empresarios egoístas, evasores, los que pese a tener millones y millones en sus cuentas bancarias, le reportan cero ganancias al Estado. Esos que están deseando vender (lógicamente para comprarlo ellos) toda la institucionalidad pública. Esos que quieren vender la Caja, el ICE, privatizar la educación, vender la FANAL, esos quieren hacer negocio con nuestras necesidades y vidas, todos sabemos quiénes son y a que amo sirven.
Mientras los primeros se erigen como el frente de contención, como nuestra vanguardia en esta adversidad, hablo de las médicas, los enfermeros, los trabajadores de la limpieza, los compañeros y compañeras de la FANAL, entre muchos otros.
Los segundos por su parte esperan como buitres, como zopilotes, al acecho de su presa indefensa. Estos últimos, los mismos de siempre, quieren precarizar las condiciones laborales, no pagar la seguridad social, quieren evitar pagar salarios a las familias trabajadoras, a las familias más pobres, como siempre quieren salir ganado en medio de la desgracia social.
En fin, como decía Joan Manuel Serrat, entre esos tipos y yo hay algo personal.
Bienvenidos a Huellas, hoy vamos a hablar con el compañero Msc. José Solano Solano profesor de Estudios Sociales y Educación Cívica acerca de las implicaciones sociales, políticas y económicas de la pandemia del Covid 19 en Costa Rica, las afectaciones sobre la clase trabajadora y el rol que han asumido los sindicatos de empresas. Como siempre las invitamos a ponerse cómodas y disfrutar de este recorrido entre pandemias, precarización laboral, cuarentenas y resistencias las invitamos a dejar Huellas: los Estudios Sociales con pensamiento crítico… comenzamos.