Hoy nos reunimos para recordar una fecha especial, aunque bien es cierto hoy no es el nacimiento de Cristo, sí nos reunimos para celebrar y recordar de manera especial este día.

Debemos tomar a diario un momento para reflexionar en lo que estamos diciendo.

El curso normal del mundo fue interrumpido de la mejor manera posible, EL VERBO SE HIZO CARNE, es una realidad, tan necesaria como el aire que respiramos, tan palpable como la persona que tienes al lado y tan llena de misericordia, como el hecho de estar aquí hoy.

El unigénito de Dios nos ha nacido, aquel de quien los profetas hablaron y quien es la imagen del Dios vivo, fue hecho carne y es la luz admirable.

Aunque las cosas que no se ven son infinitamente más importantes; Él hijo se hizo visible, no tenía que hacerlo, pero lo hizo para que sepamos que Él es el rey eterno y verdadero..

Ana nos hará meditar hoy sobre nuestra actitud ante nuestras decisiones delante de Dios.

Si recuerdan, la semana pasada Ana fue al templo a dejar a su hijo ahí para siempre, y así Samuel serviría al Señor por el resto de su vida..

Lo normal sería esperar a una madre que tiene el corazón saliendo de su pecho, o con el corazón roto a pedazos, llorando porque su hijo no volverá o porque ya no podrá compartir tiempo con su hijo. No es una situación sencilla.

Pero Ana no hace nada de esto, Ana nos muestra un corazón que adora al Señor.

V19-20: En la Mañana siguiente, se levantaron bien temprano: ¿Qué estaba haciendo Ana el día anterior? Ana estaba orando y adorando.

¿Qué está haciendo la mañana siguiente, TEMPRANO? Ana sigue orando y adorando a Dios. “Si solo estudias la Biblia y no oras, te convertirás en alguien con el corazón duro. Y si solo oras pero no estudias la Biblia, te convertirás en un sentimentalista que será arrastrado por cualquier viento de doctrina” – Paul Washer.

“Dime cuáles son las oraciones de un hombre y te diré cuál es el estado de su alma. La

oración es el pulso espiritual” – J.C. Ryle Con esto en mente podemos aprender un punto importante de nuestra vida en Cristo.

La oración es importante. Así como cuando plantamos un árbol no solo necesitas hacer el hueco, sino que también necesitas regar la planta.

Así como comer, no solo tenemos que poner la comida en la boca sino que también debemos masticar y digerir lo que comemos….

La oración y aprender la Palabra de Dios son importantes, porque estas tareas siempre traerán fruto que satisface nuestra alma y que dan honra y gloria a Dios.

I- Actúa conforme a la supremacía de Dios.

V9. Se levantó después de haber comido y bebido estando en Silo: Esto significa, que al final del día, aunque se sentía agobiada y cargada, en obediencia y fe ella aceptó la ofrenda de paz de su esposo.

Que el autor diga que Ana comió en Silo implica que Ana comió de la ofrenda ofrecida al Señor, lo cual es bueno, porque significa que Ana “en la práctica y en el dolor de su vida” aprendió a colocar a Dios en el lugar que le corresponde. Ana actúa conforme a la supremacía de Dios y no según sus emociones.

A lo mejor en su corazón en un principio no quería, pero si no entregaba en manos de Dios todo lo que sentía y todo lo que estaba pasando en su vida, entonces ¿a quién lo haría?

A quién tenemos en los cielos sino a nuestro Dios, fuera de Él no tenemos nada en esta tierra.

Sal 73:25 Nuestro Dios siempre está atento al clamor de sus hijos.

Fecha que fue Escrito el Libro:

a) De los hechos: Desde el nacimiento de Samuel (1110 a. C.) hasta las últimas palabras de David (970 a. C.)

b) Del manuscrito: Entre 931 (La división del reino) y 722 (El exilio de las tribus del norte).

Autor:

Según la tradición judía Samuel es el autor del libro, aunque obviamente él no fue quien lo terminó, ya que el primer volumen se nos cuenta su muerte (1 Samuel 25, en total este primer volumen cuenta con 31 cap).

Por lo tanto, la obra se debe considerar anónima; siendo el autor un profeta que fue inspirado por Dios y que tuvo a su alcance obras escritas por Samuel, Gad y Natán (1 Cr 29:29).

Contexto Histórico

El libro de Samuel continúa la historia donde el libro de Jueces concluye.

El Libro de Jueces concluye mostrando a un Israel caído en un estado de gran pobreza espiritual, yendo de mal en peor, abandonados a su propia suerte.

Los últimos capítulos de Jueces son muy fuertes, ahí aparece la historia de una mujer que deja a su esposo, este la busca y luego de varios días logra convencerla a ella a regresar a casa.

V15. Porque ni la circuncisión y ni la incircuncisión: Queriendo decir, “ni mis estudios, ni la falta de ellos, ni la riqueza, o la pobreza, ni mis sacrificios, o despreocupación”

Pablo hace una defensa del Evangelio, de su llamado y comisión como mensajero de Cristo.

'Estoy horrorizado de que ustedes estén apartándose tan pronto de Dios, quien los llamó a sí mismo por medio de la amorosa misericordia de Cristo. Están siguiendo un evangelio diferente, que aparenta ser la Buena Noticia - Gálatas 1:6.

V7. No se dejen engañar: ¿en quién recae la responsabilidad de esta advertencia?, en la persona que te engaña o en tí que no quieres ver al Señor.

Muchas veces el engaño es tan profundo que hasta moldea la forma como vivimos, es tan profundo que no somos capaces de ver o entender y cuando vemos que no funciona, cuando vemos que realmente no hay gratificación duradera, que no produce el gozo que esperábamos, eso que nuestra alma necesita y que pide.

Lo peor es que no vemos el error en nosotros, no vemos nuestra culpa, no vemos nuestro engaño, sino que culpamos a Dios o su iglesia, y luego buscamos otra cosa, otro medio finito que traerá el mismo resultado.

TRO:

Nos estamos acercando al final de la carta de Pablo. En su mayor parte, Pablo ha estado