Dios se enojó con Israel porque una generación dejó de transmitir la fe.
El liderazgo no termina en tu obediencia personal; se mide por el legado que dejas. Josué fue fiel, pero la siguiente generación no conoció a Dios porque no hubo una transferencia intencional del pacto.
Cuando el pueblo no escucha, Dios permite pruebas. Si no aprendemos por la enseñanza, lo haremos por la experiencia… y a veces será dura. Él disciplina porque ama.
Liderar es más que mandar: es formar, instruir, modelar con la vida. Un líder fiel no piensa solo en el ahora, sino en el legado que deja.