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By https://ignaciodemiguel.es
The podcast currently has 89 episodes available.
Una gran parte de los trabajos que implican utilizar un ordenador el 100% del tiempo se han pasado al formato teletrabajo o formato híbrido.
En realidad ningún trabajo de este tipo debería ser ocupado al 100% por un ordenador. También hay que darle al coco, pero eso te lo cuento la semana que viene.
Esta nueva situación divide las opiniones tanto de empleadores como de empleados. Si bien la gran mayoría de ambos prefiere el teletrabajo, todavía hay algunos empresarios controladores que no saben tratar a las personas y los tratan precisamente como muebles inventariados.
Y claro, necesitan que vayan a la oficina.
Pero también hay un grupo de empleados que no se siente cómodo con el teletrabajo. Creo que hay dos motivos fundamentales, y esto es pura opinión por mi parte no contrastada.
Por un lado estos empleados se distraen mucho y no son productivos trabajando desde su casa. Por otro lado, no disponen en casa de un entorno cómodo para trabajar.
El entorno adecuado de trabajo no consiste sólo en una buena pantalla de ordenador y una silla cómoda.
Recuerdo a todos, empleados y empleadores, que un reposapiés es de obligado uso para mejorar la comodidad de la postura de trabajo.
Aún así no son esas las cosas de las que quería hablar hoy, sino de la mesa de trabajo en sí misma y de la amplitud del espacio de trabajo.
Esas llamadas praderas de trabajadores en mesas corridas de las grandes cárnicas, digo consultoras, siempre me han parecido un despropósito.
Si comparo ese espacio de trabajo con el que tengo yo en casa, y el que creo que debe tener todo trabajador, esas praderas para mí son insufribles.
La comodidad a la hora de trabajar es fundamental. Y la vista juega un papel predominante en nuestra vida. Espacios abiertos, amplios, luminosos, son mejores para la comodidad y la productividad de cualquiera.
Necesitamos espacio. No solo el de nuestra mesa de trabajo. Necesitamos espacio a los lados de nuestra mesa. Si las paredes que vemos tras la pantalla del ordenador y a los lados están limpias mucho mejor. Este punto yo no lo cumplo.
Tengo multitud de cosas tras mi pantalla, a sus lados, incluso a uno de mis flancos. No debería, porque con los flancos libres estoy mucho más cómodo, aunque no los use.
Aún así, hay un espacio sagrado para mí: a los lados de mi teclado tengo espacio vacío. Mucho espacio vacío. Mi mesa mide 1,5m de ancho, y a la derecha del teclado tengo el ratón. Y nada más a ninguno de los dos lados hasta el final de la mesa.
Espacio.
El espacio es comodidad.
La comodidad es productividad.
Tal vez a la hora de contratar a alguien en remoto habría que pedirle que enseñe su entorno de trabajo. Lo digo desde un punto de vista constructivo, para ayudar a esa persona a mejorarlo, no como una manera de controlar a nadie ni de evaluar su idoneidad para un puesto.
Mi sugerencia es que revises tu entorno de trabajo e intentes ordenar todo lo que tienes pero sobre todo, liberar espacio a tu alrededor.
Hasta pronto
Ignacio de Miguel
ignaciodemiguel.es
Este parece un tema muy complejo para tratarlo a la ligera como una habilidad profesional que es interesante poseer.
Sin embargo, para todo hay niveles de intensidad. Lo importante no es ser un experto en sistemas de toma de decisiones sino evitar las decenas de sesgos que pueden existir en nuestra cabeza.
Los sesgos no siempre son malos. Quiero decir, que la intuición es realidad se trata de un sesgo interno, muy propio de cada uno.
Cuando uno tiene mala intuición significa que sus sesgos están muy desviados de la decisión óptima.
Pero es más que probable que los sesgos de cada uno, los malos, estén compensados por los sesgos de intuición, los buenos.
Aún así no vamos a dejar la toma de decisiones al albur de un pálpito, y conviene tener un sistema de partida para la toma de decisiones que nos permita evitar las peores decisiones.
Otra cuestión a tener en cuenta es que una decisión no es mala en sí misma, sino que es mala para un contexto determinado.
En ese contexto está la clave. Nuestros sesgos e intuiciones están alineados con determinados contextos, que es de donde nacen, pero para contextos diferentes, no sirven.
Por tanto, el primer paso ante una toma de decisiones es tener claras las diferencias del contexto concreto con nuestro historial de conocimiento y decisiones previas.
Esto no es nada fácil, y para no perdernos en esta maraña de circunstancias lo que podemos hacer es acotar el contexto en base a las variables más importantes para ese caso.
De esta forma no necesitamos analizar ni entender perfectamente el contexto ante el cual estamos tomando una decisión, sino que lo que hacemos es detectar las variables que son más importantes en ese contexto.
Estas variables son sagradas, no las podemos ignorar, y cualquiera que sea nuestro sistema de toma de decisiones, debemos contemplar esas variables como obligatorias.
Para toma de decisiones complejas a mí me gusta plantear una primera y única variable que debe determinar de forma unívoca el rumbo de una decisión.
A esa variable le sumo otras dos a cuatro variables más.
Ahora construyo una tabla con estas cinco variables en el eje vertical y las posibles opciones en el eje horizontal. Si permutas los ejes a mí no me mires que me distraes.
No, en serio, puedes cambiar los ejes si te sientes más cómodo, eso depende de las manías de cada uno.
Entre la primera variable de la tabla, y las siguientes trazo una doble línea, porque he dicho que es la variable más importante, la primera y la única que va a condicionar la toma de decisiones de manera drástica.
A continuación valoramos cada una de las variables de decisión con un número en relación con las diferentes opciones. Este número es mayor cuanto más peso tiene la variable en la opción correspondiente. Si no te quieres complicar las cosas, mi sugerencia es valorar de 1 al 5, ya que tenemos cinco variables.
He mostrado cómo hago yo la tabla de decisiones, pero no cómo escojo la variable primaria y el resto.
La selección de estas variables depende de cada caso. Pondré un ejemplo: la elección del colegio para tus hijos.
Si tienes hijos lo entenderás perfectamente. Ya sé que no es una decisión laboral, pero es muy fácil de entender.
Por un lado están los elementos de descarte, es decir, aquellas características que directamente nos hacen descartar una opción de manera categórica. Estas opciones de decisión en realidad no son opciones, así que las sacamos de la ecuación.
Por ejemplo: si el colegio es religioso, privado, concertado o público. Si alguno de estos tipos está completamente descartado, las opciones de centro escolar que coincidan con el descarte las eliminamos de las opciones.
A partir de ahí podemos tener diferentes variables de decisión: cercanía, tamaño, uso de uniforme, metodología de formación, etc.
De todas estas variables escogeremos una y sólo una como la primaria.
Eso significa, que la opción que más puntos se lleve en esa variable es la que gana. Y punto. Y dan igual el resto de variables si no hay empate en la primera.
Eso es contraintuitivo, ¿verdad? Eso no te gusta. Eso es como tomar una decisión en base a una única variable, no en base a cinco variables.
Ya, pero el que ha decidido que esa variable es más importante que el resto has sido tú. No intentes hacerte trampas.
En el plano profesional no suele ser tan fácil elegir una variable primaria, esa variable tan contundente. Estoy de acuerdo.
En esos casos, podemos permitirnos la licencia de tener dos variables primarias o una variable primaria y otra de riesgo asumible.
La variable de riesgo sirve para compensar una decisión cuando el riesgo de esa decisión es muy alto y no nos lo podemos permitir. Esta variable de riesgo lo que mide es la intensidad de la pérdida en caso de elegir esa opción.
Es decir, qué perdemos si elegimos A, qué perdemos si elegimos B, C o D. Esta es una variable cualitativa, no cuantitativa.
La variable de riesgo o pérdida es una variable de moderación para lo toma de decisiones.
En ocasiones es la única variable que debemos utilizar para tomar una decisión respondiendo a la siguiente pregunta: ¿cuál de las opciones disponibles es la que menor pérdida me ocasiona?
Como ves un sistema de toma de decisiones puede tener muchas formas. Resumiendo los sistemas que yo utilizo:
Tú puedes crearte tu propio sistema para evitar los sesgos más importantes de tu mente. Si quieres puedes profundizar en el tema antes de probar o crear tu propio sistema.
Pero vas a necesitar una forma de tomar decisiones que sea concreta, ágil y efectiva. Esto te permitirá mejorar tanto en tu vida profesional como en la personal, como siempre :)
Recuerda que puedes compartir este contenido en tus redes sociales con este enlace.
Hasta pronto,
Ignacio de Miguel
ignaciodemiguel.es
[Publicado primero en https://ignaciodemiguel.es/indices-procedimientos-y-productividad/]
El secreto de la productividad es organizarse. La dificultad es seguir una metodología de organización que se adapte a cada uno.
Muchos cursos sobre gestión del tiempo solamente cuentan lo que no se debe hacer, o te cuentan cómo detectar las pérdidas de tiempo y productividad, pero no te cuentan las formas de organizarte para ser más productivo.
De hecho hay cursos de gestión del tiempo que son incapaces de gestionar el tiempo de forma adecuada y no comienzan ni terminan en el horario estipulado. Obviamente no es el “curso”, sino el docente el que no tiene ni idea de lo que está hablando más allá de la receta académica que no sirve para nada.
Ya hace mucho que hablé sobre las recetas (de cualquier cosa) que no sirven para nada. Fue por el 2017 y debía estar ofuscado con algún vendehumos porque fui muy contundente.
El ejemplo más claro y bastante efectista que se enseña en los cursos de gestión del tiempo es aquél en el que cada vez que tomas un papel para gestionarlo o mirarlo aunque no haces nada con él, le pintas un puntito en una esquina.
Al cabo del tiempo te das cuenta de que está lleno de puntitos y que aún no le has dado la salida que le corresponde.
Esto hoy en día es absurdo porque casi no trabajamos con papel. Pero a lo que voy, es que eso te enseña a ver tu procrastinación ante determinadas tareas, pero no soluciona tu problema de productividad.
Te voy a contar lo que a mí me sirve para mejorar la productividad: las acciones que puedes llevar a cabo, sin necesidad de grandes esfuerzos que sean el inicio de tu propio sistema para ser más productivo.
Hace muchos años me hicieron una entrevista exprés por ser emprendedor. Eso me llamaban antes, ahora soy un simple freelance.
Lo que te quería contar de esa entrevista es que una de las preguntas que me hicieron era sobre cómo gestionaba las tareas del día a día y si dormía bien o me despertaba pensando en lo que tenía que hacer al día siguiente.
Mi respuesta de aquel momento es la misma que te voy a dar hoy para que puedas empezar a organizarte y ser más productivo: escribir un índice de tareas.
Antes de terminar mi jornada de trabajo, tomaba un papel en blanco, uno pequeño como de media cuartilla, ya usado por una cara (hay que aprovechar los recursos y no gastar papel sin necesidad).
Puedes usar una app de notas si quieres, el medio da lo mismo. Yo sigo usando papel y lápiz, no porque sea un clásico, que también, ni porque esté chapado a la antigua, que puede ser, sino porque escribir a mano es bueno.
En ese trozo de papel escribo la lista de tareas que tengo pendientes de hacer para el día siguiente y algunas que sé que no haré al día siguiente pero quiero tener presentes.
Cuando llega el día siguiente, tomo esa lista y voy ejecutando las tareas. El orden de ejecución implica una mezcla de prioridad y tiempo de ejecución. Es decir, primero las tareas urgentes e importantes, después las importantes, después el resto, intercaladas con las de rápida ejecución aunque no sean de gran importancia.
Lo de hacer tareas no importantes que son de rápida ejecución libera muchas neuronas para dedicarlas a lo importante, por eso se cuelan estas tareas antes que otras.
Otra cosa que debo aclarar es que yo no creo que haya tareas urgentes. Hay tareas urgentes e importantes a la vez, pero marcar una tarea como urgente si no es importante no me cabe en la cabeza. Esto da para una larga discusión que será para otra ocasión.
Resumiendo, mi sugerencia es que hagas un índice de tareas y de cada tarea si es complicada, otro índice de acciones para esa tarea. Si la tarea es compleja lo que requiere es dedicarle un rato a pensar antes de ejecutar.
Del índice podemos pasar a los procedimientos.
Cuando tenemos tareas que requieren varios pasos en orden e incluso involucrando a diferentes personas, lo mejor es crear un procedimiento de trabajo.
Por un lado no nos olvidaremos de ningún paso, nos aseguramos de que las acciones se ejecutan en el orden adecuado y aceleramos la toma de decisiones sobre la tarea de acuerdo con el procedimiento.
Todos los procedimientos deben revisarse para ser optimizados cada cierto tiempo. Los procedimientos ahorran mucho tiempo, es la forma de crear una «cadena de montaje» para ejecutar una tarea.
Toma lo de la cadena de montaje en sus aspectos positivos de precisión, replicación, velocidad y escalado.
Sobre esto también habría mucho que contar como cuellos de botella, variables de medición, mejora continua, delegación de tareas y escalabilidad, etc. Eso tal vez otro día.
Al trabajar de esta forma ahorramos tiempo en transiciones entre tareas, no tenemos que dedicarle tiempo a repasar lo que nos queda pendiente y si seguimos un protocolo ganamos tiempo al revisar la tarea.
Mentalmente tenemos menos presión ante que se nos olvide alguna cosa, y eso siempre mejora nuestra concentración y ejecución, es decir, somos más productivos.
Esta es mi receta de hoy. Uy, perdón, que las recetas no sirven para nada.
Quería decir que esto es lo que a mí me funciona y tú puedes probar para mejorar en la productividad diaria.
Espero que te haya resultado interesante, si no estás de acuerdo házmelo saber y te espero en el próximo contenido.
Hasta pronto,
Ignacio de Miguel
ignaciodemiguel.es
Hoy he querido continuar con un tema relacionado con el tema de la comunicación de la semana pasada.
Se trata de la habilidad de escribir correos electrónicos efectivos.
Un correo electrónico efectivo es el que evita alguno de estos males:
Escribir correos electrónicos que se saltan estos problemas también es una habilidad que merece la pena cultivar.
Si te interesa este tema estoy preparando una nueva versión de mi curso de escritura de correos electrónicos efectivos.
De momento te adelanto algunas pinceladas sobre las claves de un correo efectivo:
Lo más importante de todo: estructura el contenido de tu correo. A nadie se le ocurre escribir un libro sin un índice. Bueno sí, he visto libros sin índice, no sé en qué estaría pensando el editor.
Pero por regla general un libro debe llevar un índice. Tu correo debe cumplir una estructura para que sea fácil de leer y entender.
La estructura no sólo es relativa al contenido, sino que también es relativa a la estética.
Cuida los detalles, tómate un poco más de tiempo en escribir y repasar tu correo. Reescríbelo si es necesario.
Verás como merece la pena porque será mucho más efectivo.
Si te interesa que te avise cuando tenga preparada la nueva versión de mi curso sobre escritura de correos efectivos contesta a este mensaje y te avisaré.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
ignaciodemiguel.es
El tema de hoy iba a ser otro, pero lo he cambiado a raíz de un tweet de @jlvallejo en el que mostraba que las capacidades o las habilidades de comunicación eran una preocupación importante entre los empleados de su empresa Sngular.
«Aprender a comunicar, aprender a hablar» era casi el último tema de mi lista de contenidos, y ha subido hasta el primer puesto.
Hablar es una cosa, y comunicar es otra. Sin embargo, si no sabemos hablar, no podremos comunicar.
Así que antes de pensar en comunicar mejor, debemos pensar en hablar mejor. Pero ¿por qué la comunicación es tan importante como habilidad profesional?
Creo que la comunicación es una de las principales causas de los males y una de las principales formas de evitar problemas, y una vez que los problemas han llegado, de solucionarlos.
Me baso en mi experiencia del tiempo que he dedicado a la gestión y trato con clientes; al tiempo dedicado a la selección de personas (de manera poco sistematizada y hace tiempo que no lo hago).
Tenemos que ser conscientes de que es mejor adelantar acontecimientos y evitar sorpresas en los demás. Lo que a nosotros nos puede parecer obvio al de enfrente no tiene por qué parecérselo.
Debemos tener la intención de contar, comunicar todo por adelantado para evitar problemas, para resolver situaciones antes de que lleguen.
Cuando comunicamos por adelantado, generamos confianza. Si lo hacemos en forma de pregunta o con intención de consenso mostramos empatía. Nuestros interlocutores se sienten cómodos de esta forma.
Se puede hablar mal, quiero decir, no saber expresarse correctamente. Cuando no te expresas de la manera adecuada, estás hablando pero no comunicando.
Expresarse de la manera adecuada no significa ser un erudito, sino utilizar en cada momento las palabras adecuadas y las palabras que el otro entiende mejor. Utilizar palabras conciliadoras, «consensuadoras», no agresivas.
La primera forma de aprender a hablar mejor es hacerlo. Mientras hablas, o mientras escribes ese correo con el que quieres comunicar algo yo suelo tener en cuenta dos cosas.
Como ya te he avisado alguna vez te cuento mi experiencia desde un punto de vista práctico, no académico, así que perdonadme los especialistas de la comunicación.
Estas dos cosas que tengo en cuenta son las siguiente:
Tengo un curso en audio sobre cómo comunicar ante un micrófono, pero no te cuento esto para que me compres (hoy no).
Habla como si le hablaras a un niño. Ojo, los niños no son tontos, no hay que hablarles como a un bebé, no hay que pasarse.
Hablar como le hablarías a un niño para que te entienda. ¿A que le hablas despacio con palabras sencillas y con un tono de voz medio?
Los que tengan hijos saben que a los niños hay que anticiparles las cosas para que no se enfaden. Cosas como «5 minutos y nos tenemos que ir a casa» o «Enseguida tienes que apagar la tele porque nos vamos, te aviso en un rato», etc.
Cuando a un niño le anticipas un acontecimiento lo asume mejor aunque no le guste. Protestará menos por ese acontecimiento.
Los adultos somos iguales, qué sorpresa. Anticipar las fechas, acontecimientos, la toma de decisiones ante proveedores, clientes y compañeros de trabajo siempre es buena idea.
No hay sorpresas. Aunque no guste se asume mejor.
Es más, independientemente de que guste o no, de que afecte más o menos, si tu jefe te anticipa una toma de decisiones sobre cualquier tema te sientes mejor.
Si tu compañero te anticipa cuándo va a terminar su parte de tarea para tú empieces la tuya, te sientes mejor.
Si tu compañero te informa de cómo va a hacer una tarea compartida, te sientes mejor.
Habla, pregunta, informa, avisa. Todos os sentiréis mejor.
Con el tiempo aprenderás lo que genera mejores respuestas en los interlocutores y aprenderás a comunicar mejor.
Mientras tanto recuerda la regla de hablar a los niños. Esa no falla nunca.
Creo que no hace falta que te diga por qué es bueno para tu desarrollo profesional... o sí. Debo decírtelo, debo se proactivo, no dar nada por hecho, no tiene por qué ser obvio para todo el mundo.
Cuando hay más y mejor comunicación entre personas, hay más tranquilidad, más confianza, se está más a gusto. Y eso es bueno para todo, no sólo para el desempeño de tu trabajo, seas empleado o jefe.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
ignaciodemguel.es
Bienvenido al primer contenido de la serie sobre habilidades personales, «soft skills» y hábitos que mejoran nuestra vida profesional, y por qué no, personal.
El primer tema de esta serie tenía que estar relacionado con la escritura a la fuerza.
El motivo es que es la escritura el primer elemento transversal en mi vida tanto profesional como personal que he manejado desde que fui un chaval.
Estoy al borde de una edad de esas que generan una gran crisis existencial. Estoy inmerso en un tiempo de (lento) cambio profesional por la toma de decisiones personales.
¿A que suena a crisis? Pero tranquilo, la palabra crisis no es negativa, sólo significa «cambio». El problema es ver los cambios como algo negativo.
La resistencia humana al cambio. Algo de lo que hablo mucho en mis charlas de asesoría a emprendedores y empresas.
A lo que iba, es que la escritura es el elemento transversal que conservo en mi vida desde muy joven.
Si te pregunto cuántos libros lees al año, puede que te sientas incómodo porque sabes que deberías leer más de lo que lo haces.
Así que no te lo voy a preguntar.
Pero sí te voy a preguntar cuánto escribes a lo largo de un mes (y no me refiero a escuetos correos electrónicos).
Aunque tu respuesta sea «pues yo no escribo nunca salvo breves correos», no te vas a sentir incómodo respondiendo. Pero deberías.
Deberías sentirte incómodo por no escribir habitualmente. Ya te adelanto que si escribieras con asiduidad también leerías más porque ambos hábitos van de la mano.
Sé lo que estás pensando: ¿qué tiene que ver escribir con la toma de decisiones? Mucho:
Escribir es una habilidad manual que se enseña en las escuelas como muy tarde a partir de los 6 años de edad.
Escribir es una habilidad manual necesaria para el desarrollo de nuestro cerebro. Está relacionado con la motricidad fina. Se relaciona con el pensamiento, con el mundo de las ideas abstractas, con la imaginación y la creatividad.
Todo eso es lo que somos, lo que nos define como humanos. Ahora que estamos en una época explosiva de las Inteligencias Artificiales Generativas tenemos que ser conscientes de lo que nos diferencia de ellas: entendemos la creatividad, imaginamos, tenemos ese pensamiento abstracto que las IAs no tienen.
Las IAs no entienden lo que hacen, simplemente lo hacen. Esta frase tiene muchos matices, pero es un buen resumen para mí.
Aunque ya he visto que la tendencia de la ciencia ficción es equiparar el intelecto con la capacidad de sentir y en consecuencia con la condición de ser humano. Según eso, las IAs serán humanas en poco tiempo. Pero ese es otro tema.
Una IA nunca podrá tomar las mejores decisiones para tu vida personal. Porque una IA sólo podrá tomar decisiones lógicas, como los vulcanos. Nota al margen por si no te suena esto: en el universo de Star Trek, los vulcanos son una raza de humanoides con orejas puntiagudas que basan su vida en la lógica. Nota al margen dos: si las IAs empiezan a «sentir» o a «ser conscientes de la simulación de los sentimientos» reescribiré este párrafo para que siga teniendo sentido.
Te hago un «spoiler» de la vida: las mejores decisiones que vas a tomar no serán lógicas, serán asumiendo riesgos y dando prioridad a tus sentimientos.
¿Dónde entra en juego la escritura en todo esto?
Ya he llegado a donde quería llegar. La escritura pone en marcha nuestro pensamiento.
Intenta hablar mientras escribes. No puedes.
Piensas y hablas.
Piensas y escribes.
Escribes más despacio de lo que eres capaz de hablar.
Según escribes tus pensamientos, estos evolucionan y reescribes, tachas, corriges.
Mientras escribes entras en un bucle de pensamiento y reflexión que te lleva a verbalizar con la calma de la escritura todo aquello que piensas, que sientes.
El subconsciente deja paso al consciente. Todo lo que tienes en la cabeza, y te atrevías o no a expresar, a asumir, al escribirlo se materializa.
Tomas el control. Plasmas toda la información delante de ti, la puedes tocar.
Y con toda la información, puedes tomar mejores decisiones. En algunos casos incluso te sirve para hacer auto-terapia.
Puedes escribir a mano o con un teclado. Personalmente te sugiero que escribas de vez en cuando a mano. Pero no en cualquier momento ni de cualquier forma.
Ponte cómodo, elige el papel más adecuado o a tu gusto. Grande, pequeño, liso o rayado.
Elige el objeto de escritura que más te guste: lápiz, bolígrafo o estilográfica.
Por ejemplo, te diré que yo escribo con lápiz de dureza 2B (tengo una caja con más de 100 listos para usar), o con pluma estilográfica de tinta azul, fina y con peso.
Son mis manías. Cada uno tiene las suyas.
Pero como digo puedes hacerlo con un teclado. Por cierto, que a mí tampoco me vale cualquier teclado. Pero no voy a seguir por ahí que me despisto, otro día te cuento lo del teclado.
Transformar la línea de pensamiento y reflexión en palabras escritas nos aporta consciencia real de lo que tenemos entre manos y nos permite tomar mejores decisiones.
Las variables de decisión ya son cosas de cada uno, en eso no me voy a meter.
Pruébalo y me cuentas.
Felices escrituras.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
ignaciodemguel.es
Hola de nuevo,
retomo mi newsletter personal con una serie de contenidos sobre habilidades personales. Aquí incluyo las llamadas «soft skills» pero también esos hábitos y buenas prácticas que nos permiten ser más eficientes en nuestro trabajo.
Y por qué no, en nuestra vida en general.
No voy a tratar estas habilidades personales o «soft skills» desde una perspectiva formal o académica sino desde mi perspectiva personal práctica.
Tenía previsto comenzar hoy mismo con el primer contenido de la serie relacionado con el pensamiento y la escritura. Te darás cuenta que pensar y escribir son dos cosas que me gustan mucho.
Sin embargo, no voy a empezar por ahí porque quiero preparar el contenido con más calma. Así surge la primera «enseñanza» o habilidad personal que uno debe cultivar: organizar el propio tiempo y ser consciente de lo que uno puede hacer o no.
No es un pensamiento derrotista, ni mucho menos, sino organizativo. Es decir, puedo ponerme unas metas hasta ahora difícilmente alcanzables, pero debo ser consciente del esfuerzo que le tengo que dedicar para intentar cumplirlas.
Y organizar mi tiempo para poder hacer ese esfuerzo.
Esto podría significar que no me he organizado bien para llegar al día de hoy con el contenido que pretendía. En ese caso, estoy dando consejos que ni yo mismo cumplo.
Eso se llama vendehumos.
Fuera de broma, creo que este ejemplo deja ver otras habilidades a cultivar de las que ya hablaré como la calma, la gestión de la presión, las prioridades, la adaptabilidad...
Espero que me acompañes en esta serie y me gustaría pedirte que difundieras esto por tus redes sociales para llegar a más gente. Si no estás suscrito te puedes apuntar ahora en esta misma página para recibir todos mis contenidos en tu correo.
Esta última frase no me gusta nada. Lo de «gente» me suena demasiado impersonal.
Yo quiero personas detrás de cada correo, y por eso te invito a que me escribas si quieres, simplemente contestando a este mensaje.
No estés impaciente, la semana que viene te llegará el tema sobre el pensamiento y la escritura para mejorar la toma de decisiones.
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
Ignaciodemiguel.es
Exoneración de responsabilidad: no soy abogado y puedo incurrir en errores técnicos. Lo que aquí digo no se debe tomar como consejo legal de ningún tipo.
Las infracciones por derechos de autor han sido siempre una constante desde que existe internet.
Hay quien demonizo la red de redes por este motivo. Afortunadamente se expandió tan rápido que se convirtió en algo natural imparable. La red digo.
Ahora ha llegado la IA, o mejor dicho, han llegado las IAs generativas (de texto e imágenes) para quedarse, y de nuevo se alzan las voces contra la infracción de derechos de autor y los derechos de propiedad intelectual.
Si se lo pides a un pintor profesional, es una inspiración. Si se lo pides a una IA, es un plagio. Me da que esta argumentación no se sostiene.
Más allá del ejemplo, recomiendo ver el vídeo de Dotcsv donde se explica cómo funciona una IA y si lo que hace es plagiar o no.
Pero no quería hablar de IAs, porque el problema no está en si las IAs generativas plagian o no.
El problema de verdad está en las personas que no respetan los derechos de autor y de propiedad intelectual.
Cuando difundimos un texto o una imagen en una red social, le damos permiso a la red social a que haga lo que quiera con ese contenido dentro de la propia red social.
Lo que está publicado en una red social lo podemos usar para lo que nos dé la gana. No. La cesión de uso se la ha realizado el autor en favor de la red social, no de los usuarios de la red.
Me comentaba un colega que lo propio de uno es de uno lo ponga donde lo ponga. Y efectivamente la autoría moral la tiene para siempre. Ahora bien, los derechos de explotación lo mismo los ha cedido en determinadas condiciones.
Si ha sido publicado en web o papel lo puedo difundir en donde quiera. No. Que esté en una web no te da derecho a reproducirlo en otra web u otro sitio. (No me refiero al derecho de cita.)
He visto cómo se copian contenidos de cursos especializados por parte de vendedores sin escrúpulos ni conocimiento que plagian (copian-pagan) de los que sí saben.
¿Los que hacen esto son conscientes de que están robando? No lo tengo claro, en serio, aunque el ejemplo (real) parezca flagrante.
Pondré otro ejemplo real: Libros que se difunden como libres de derechos por ser de dominio público porque hace 80 años que su autor murió y por tanto están exentos de derechos de autor.
Si el autor es de dominio público puedo difundir su obra por cualquier medio escrito o en audio. No. Al menos con matices. Puedes hacerlo, pero la versión tal como la escribió ese autor. Pero no puedes hacerlo de ediciones revisadas posteriores ni traducciones.
¡Anda!, ¡si los traductores también tienen derechos de autor! ¡Y las obras adaptadas y derivadas! Pues sí, y nadie los tiene en cuenta. Hay decenas, por no decir centenares de libros que se difunden como de dominio público y en realidad las traducciones no lo son. Y lo que es peor, ni siquiera se indica quién es el autor de la traducción.
Como ves, el problema del respeto por los derechos de autor y la propiedad intelectual no es un problema actual, ni de las IAs, es un problema de las personas, y no es nuevo.
No se vayan todavía que aún hay más, que diría Súper Ratón.
Todos conocemos a la SGAE y los derechos musicales. Todos sabemos que el cine (cine cine, o plataformas de vídeo bajo demanda, me da igual) tiene derechos de propiedad intelectual que han de pagarse.
¿Qué pasa con los pódcast? Parece que hay una resignación a que un podcaster independiente jamás cobre por su contenido mientras las plataformas que lo difunden ganan dinero con ese contenido.
Pues que sepas que existe una sociedad de gestión de derechos que podría recaudar derechos de las plataformas de difusión. No lo hacen porque los autores están atomizados y no están asociados a esa entidad. Por tanto, no pueden recaudar en su nombre.
Ah, podcaster, ahora sí te interesa el tema.
Vale, pues te lo digo, la cosa iría por algo así como cincuenta céntimos por cada mil descargas. Más o menos (he redondeado, tira para abajo).
Tú verás si te interesa reclamar este dinero a alguien.
Mientras tanto, creador de contenidos, registra tus obras. El pódcast de entrevistas no hace falta que lo registres, (bueno, un abogado a lo mejor te dice que sí, yo paso).
Cursos en cualquier formato, ilustraciones de todo tipo, locuciones de obras originales, obras escritas originales del tipo que sea, regístralas que te cuesta muy poco y así podrás demostrar tu autoría ante un plagio. Safecreative.org porque es el que yo utilizo (enlace de afiliado).
Hasta pronto.
Ignacio de Miguel
ignaciodemiguel.es
Tengo un SaaS que no tiene usuarios activos. Estas cosas pasan, marketing que no llega y otras cosas.
Para que un software o un servicio tenga éxito tiene que haber detrás mucho trabajo y un poco de alineación de los astros.
El caso es que tengo bastante paciencia, así que he añadido una nueva funcionalidad a mi SaaS EnlaceA.com
Hasta ahora con EnlaceA podías acortar un enlace y convertirlo en un generador de leads y en un sistema de seguimiento de campañas de marketing gracias a una serie de funcionalidades añadidas:
He añadido una nueva funcionalidad independiente de EnlaceA pero que puede sacar provecho a los enlaces acortados.
Se trata de la generación de firmas para correo electrónico con diseños elegantes y profesionales, y por supuesto, con imágenes que se sirven desde un CDN para garantizar su rápida carga.
Las firmas para correo electrónico se exportan en formato html para poder utilizarlas en cualquier aplicación de correo.
Una de las funcionalidades más interesantes es que el servicio de firmas de correo electrónico está pensado para empresas. Puedes tener una firma común para todos tus empleados, o por departamentos.
Desde EnlaceA creamos la firma de correo personalizada y simplemente con un archivo de tipo csv estándar con los datos de los empleados, enviamos la firma de correo a cada usuario para que la pueda incorporar a su aplicación de correo corporativa.
Todo este proceso se hace de manera asistida por mi parte, para que no haya ninguna fricción a la hora de utilizarlo y para que las empresas no tengan que preocuparse de nada salvo del resultado.
Si te interesa disponer de una firma para correo electrónico corporativa para tu empresa, no dudes en pasarte por EnlaceA.com/firmas o puedes contestarme a este mismo correo.
Hasta pronto,
Ignacio. de Miguel
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