Israel interceptó a la Flotilla Global Sumud a 80 millas de Gaza en aguas internacionales, deteniendo 13 de los 44 barcos que transportaban a más de 500 activistas, entre ellos figuras mediáticas como Greta Thunberg y la exalcaldesa de Barcelona Ada Colau. La operación militar israelí se ejecutó con contundencia en aguas internacionales.
Las intercepciones comenzaron a las 20:00 horas del miércoles cuando 30 buques militares israelíes cortaron el paso a la flotilla e interfirieron sus comunicaciones. El Ministerio de Exteriores israelí difundió un vídeo de Thunberg asegurando que los activistas estaban "sanos y salvos", mientras 30 embarcaciones restantes continuaban navegando hacia Gaza a 46 millas náuticas de la costa palestina.
La Flotilla denunció "agresión activa" contra el barco Florida y ataques con cañones de agua de alta presión, mientras Israel afirmaba que las detenciones se realizaron "sin problema" de forma "segura". Los detenidos incluyen 30 españoles entre más de 200 personas que serán trasladadas al puerto de Asdod y posteriormente a la prisión de Ketziot para interrogatorio y deportación en un plazo de 72 horas.
El presidente Pedro Sánchez afirmó públicamente que la flotilla "no era amenaza" para Israel, defendiendo la legitimidad de la misión humanitaria. Sin embargo, el propio Gobierno español advirtió previamente a los españoles participantes que no entrasen en la zona de exclusión marítima establecida por Israel y dejó claro que el buque Furor de la Armada española no podría seguirles una vez cruzaran ese límite.
El episodio evidencia la contradicción de enviar apoyo naval a una misión que simultáneamente se desaconseja oficialmente a los ciudadanos españoles.