Había una vez un niño tan pobre que no tenía nada pero absolutamente nada (creían los demás) pero era tan rico pero tan rico (creía él ) porque necesitaba muy poco y con ese poco hizo demasiado. Entendió que nadie llegaría y le daría todo para que cumpliera sus sueños que nunca dependería de nadie y entendió lo que hasta el momento fue para él lo más doloroso la gente es pasajera, viene y se va, es puro turismo emocional… entonces decidió lanzarse a andar el mundo y llegó lejos, muy lejos, donde muchos nunca imaginaron, donde muchos no creyeron, simplemente anduvo por el mundo… alguien lo Bautizó “Trotamundos”