Los altares de muertos mazatecos en Eloxochitlán de Flores Magón, descritos por Martha Betanzos en entrevista, son una celebración profundamente cargada de simbolismo y tradición. Estos altares, decorados con arcos de bienvenida y flores de cempasúchil, forman un puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos. La comunidad mazateca honra a sus ancestros con ofrendas de comida, bebida y objetos personales, transformando el espacio en un ambiente festivo y espiritual. Los Huehuentones, músicos y danzantes que portan máscaras talladas en madera y representan a los ancestros, desempeñan un papel fundamental en la festividad al recibir a las almas de los difuntos. Esta tradición, que se prolonga por varios días, revela la profunda conexión de los mazatecos con sus raíces y su respeto por el ciclo de la vida y la muerte.