PENSAMIENTOS LÍQUIDOS
“Los ojos son la lámpara del cuerpo…”, seguro que nos suena esta frase. De manera que si estos están limpios, todo nuestro cuerpo lo está. La mente nos convierte en lo que somos: nos comportamos de acuerdo a nuestros pensamientos. Por eso me preocupa que desde diversos lugares sociales se empeñen en contaminar nuestra mirada, en sesgar y engañar nuestras percepciones por medio de procesos mentales muy antiguos, no obstante todavía eficaces.
Me propongo poner en aviso sobre ciertos procedimientos diarios, casi inconscientes o desapercibidos debido a su uso habitual, con los que “comprendemos” el mundo y, consecuentemente, con los que reaccionamos frente a él.
En prime lugar, eso que llamamos generalización, o sea, llegar a una conclusión a partir de uno o unos pocos hechos individuales. Dicho proceso mental resulta muy engañoso, sobre todo porque los que abusan de él se hallan inclinados a observar ciertos sucesos y no otros, sólo los acordes a su visión preconcebida del mundo, a menudo adoptada de un modo visceral. Este tipo de argumento suele servir a sentimientos como el odio o la segregación.