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¡Nunca cortocircuites un milagro por la ansiedad de querer verlo en progreso! Muchos creyentes cometen ese error: imponen las manos sobre alguien y oran por sanidad o liberación, pero cuando no ven ningún cambio externo inmediato, dejan su fe de lado y dan por hecho que nada sucedió.
El Señor me enseñó una lección inolvidable sobre este tema una vez que estaba en Jamaica. Le estaba predicando a un grupo como de 150 personas, en una iglesia que estaba iluminada sólo por una linterna de queroseno. Estaba tan oscuro que no podía ver la cara de nadie. Todo lo que podía ver era mi Biblia y los pies de un hombre que estaba frente a mí.
Esta situación me ayudó a comprender que siempre había dependido de las expresiones faciales de la gente a quienes les estaba predicando para determinar cómo se estaba recibiendo mi mensaje. De acuerdo con el conocimiento que poseía acerca de la fe, sabía que eso era peligroso. Así que tomé la firme determinación en ese momento, de no volver a predicar otro mensaje si no lo iba a hacer por fe. Es decir, no volvería a dejarme llevar por las expresiones faciales de la gente.
Antes de que esa campaña terminara, experimenté la importancia de haber tomado esa decisión. Los jamaiquinos, quienes tienden a ser poco expresivos, escuchaban cada sermón sin ninguna reacción externa.
Una mujer fue sanada completamente de ceguera durante una de las reuniones. Ella nunca reveló lo que le había sucedido. Estaba casi rígida cuando me encontró afuera y me dijo: “Hermano Copeland, yo era ciega, pero ahora puedo ver. Gracias”. Eso fue todo. Había ocurrido un gran milagro, sin embargo, por la actitud de esa mujer, cualquiera hubiera pensado que no había sucedido nada.
La próxima vez que quieras guiarte por la apariencia de las cosas para evaluar lo que Dios está haciendo, no lo hagas. Recuerda que las apariencias no producen milagros, sino la fe ¡y ésa es la única evidencia que necesitas!
Lectura bíblica: Hebreos 11:1-13
© 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.
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¡Nunca cortocircuites un milagro por la ansiedad de querer verlo en progreso! Muchos creyentes cometen ese error: imponen las manos sobre alguien y oran por sanidad o liberación, pero cuando no ven ningún cambio externo inmediato, dejan su fe de lado y dan por hecho que nada sucedió.
El Señor me enseñó una lección inolvidable sobre este tema una vez que estaba en Jamaica. Le estaba predicando a un grupo como de 150 personas, en una iglesia que estaba iluminada sólo por una linterna de queroseno. Estaba tan oscuro que no podía ver la cara de nadie. Todo lo que podía ver era mi Biblia y los pies de un hombre que estaba frente a mí.
Esta situación me ayudó a comprender que siempre había dependido de las expresiones faciales de la gente a quienes les estaba predicando para determinar cómo se estaba recibiendo mi mensaje. De acuerdo con el conocimiento que poseía acerca de la fe, sabía que eso era peligroso. Así que tomé la firme determinación en ese momento, de no volver a predicar otro mensaje si no lo iba a hacer por fe. Es decir, no volvería a dejarme llevar por las expresiones faciales de la gente.
Antes de que esa campaña terminara, experimenté la importancia de haber tomado esa decisión. Los jamaiquinos, quienes tienden a ser poco expresivos, escuchaban cada sermón sin ninguna reacción externa.
Una mujer fue sanada completamente de ceguera durante una de las reuniones. Ella nunca reveló lo que le había sucedido. Estaba casi rígida cuando me encontró afuera y me dijo: “Hermano Copeland, yo era ciega, pero ahora puedo ver. Gracias”. Eso fue todo. Había ocurrido un gran milagro, sin embargo, por la actitud de esa mujer, cualquiera hubiera pensado que no había sucedido nada.
La próxima vez que quieras guiarte por la apariencia de las cosas para evaluar lo que Dios está haciendo, no lo hagas. Recuerda que las apariencias no producen milagros, sino la fe ¡y ésa es la única evidencia que necesitas!
Lectura bíblica: Hebreos 11:1-13
© 1997 – 2019 Eagle Mountain International Church Inc., también conocida como Ministerios Kenneth Copeland / Kenneth Copeland Ministries. Todos los derechos reservados.
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