Una gallina, dos gallinas, tres gallinas…-
Mientras Olivia atrincaba un palo de escoba para sujetar la puerta del horno, el pequeño Luis deslizaba sus manita sobre la cenefa de azulejos blancos con gallinas empollando huevos sobre una canasta con paja -nueve gallinas, dieeeeez gallinas, ¡hay 10 gallinas mamá-