Nuestras emociones nos acompañan donde vayamos. Sería mucho más fácil si cada vez que salimos de casa hacia el trabajo, por ejemplo, nuestras emociones se quedaran atrás al cerrar la puerta. Pero, la realidad es otra. Convivimos entre personas y sus emociones. Aprender a no tomarse nada a nivel personal es aprender a convivir.
En este capítulo quiero invitarlos a tener una mirada más profunda y comprensiva del otro. Si una persona hace algo que va en contra de mis principios o mi bienestar, siempre va a ser un reflejo de lo que esa persona tiene adentro. No tiene nada que ver conmigo o con lo que soy. Entender esto me ha ayudado a tener relaciones más armónicas en mi trabajo, con mis amigos, con mi familia, etc. No te tomes nada personal y disfruta más de la convivencia.
Libro recomendado: Meditación Total de Deepak Chopra