Uff que poderosa la frase: "No echarle la culpa a los demás de mis emociones."
Es muy fácil dejar que el otro sea cuando no nos causa ruido , cuando no nos causa inconvenientes, cuando no nos “enganchamos” con sus actitudes, porque no nos viene ni nos va.
Es muy fácil dejar ser al otro cuando no me incomoda su forma de ser porque no “prende” en mi sentimientos dificiles o incómodos de entender o gestionar, así es muy fácil DEJAR SER. Pero cuando la otra persona no hace las cosas como yo quiero que las haga, cuando no las hace como esperamos o deseamos; cuando no reacciona como nos gustaría que lo hiciera .. nos llega ese sentimiento de frustración porque la otra persona no es como a nosotros nos gustaría que fuera... porque: ¡Qué inconveniente resulta para nosotros!, ¿Te ha pasado?
El deseo genera expectativas y las expectativas: juicios.. como por ejemplo: “no deberías de ser así”, “¿por qué vas tan rápido?”, “¿por qué dices eso?”, “¿por qué no te gusta comer lo que te invito?”, “¡qué lento manejas!”, “¿porqué no me haces caso y haces lo que yo te digo que hagas?”, etc.
Y ese es el problema, al no aceptar a los demás, y querer que sean lo que no son porque te gustaría que fueran como tu quieres , al único que tensa y que se molesta es a ti.
Ven, acompáñame desmenuzando el tema de la semana, ¿quién sabe?... tal vez ampliemos nuestra perspectiva sobre la necesidad de nuestro control y dejemos ir las cosas con mayor facilidad. Tal vez.
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