Puedes oirlo aqui.
Puedes descargalo de aqui.
TEORÍAS DE EXPIACIÓN
La Cruz como un Sacrificio
En nuestro primera teoría de expiación considerada, veremos como la cruz se le ve como un sacrificio hecho por Jesus para beneficio de los humanos. De base en esta explicación esta la palabra griega “hilasterion” que es a veces traducida expiación, mientras que en otras veces se traduce propiciación, cf. Rom. 3:25 RVR1960/NVI. Heb. 9:5.
RVR 1960
Rom. 3:25 a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados,
NVI
Rom. 3:25 Dios lo ofreció como un sacrificio de expiación que se recibe por la fe en su sangre, para así demostrar su justicia. Anteriormente, en su paciencia, Dios había pasado por alto los pecados;
En Hebreos encontramos algo similar:
NVI
Hebreos 9:5 Encima del arca estaban los querubines de la gloria, que cubrían con su sombra el lugar de la expiación. Pero ahora no se puede hablar de eso en detalle.
RVR 1960
Hebreos 9:5 y sobre ella los querubines de gloria que cubrían el propiciatorio; de las cuales cosas no se puede ahora hablar en detalle.
La idea central de esta teoría tiene que ver que “para que la humanidad sea restaurada a Dios, el mediador se tiene que sacrificar a si mismo. (McGrath 320).
Atanasio, basandose en I Cor. 5:7 Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.,
ve tal enseñanza provenir desde el A.T. Esto se encuentra en su Carta Festal Pascual. Grudem también hacer referencia a esto, al sacrificio de Cristo, haciendo referencia de Heb. 9:26 De otra manera le hubiera sido necesario padecer muchas veces desde el principio del mundo; pero ahora, en la consumación de los siglos, se presentó una vez para siempre por el sacrificio de sí mismo para quitar de en medio el pecado., cf. pg. 608.
Fue San Agustin, quien desarrollo esta idea de sacrificio entre la iglesia primitiva. En su libro “La Ciudad de Dios”, afirma que “un verdadero sacrificio es ofrecido en cada acción que esta designada a unirnos a Dios en comunión santa”. Se refiere al sacrificio de Cristo como “el mejor sacrificio ofrecido por nosotros.” La lógica de San Agustin es que Dios en la encarnación de Jesus (Fil. 2:6-8 6 el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse,
7 sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
8 y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.) se da y recibe el sacrificio, para que así nadie pensara que el sacrificio se lo ofreció a alguna criatura (el diablo).
Hugh de St. Victor, en el siglo 12, enfatizo que la eficacia del sacrificio de Jesus estaba en su humanidad como también en su divinidad. Dado que Jesus tomo forma humana, hizo que realmente pagara por nosotros. A esto, me gustaría añadir, que siendo Dios, también demuestra que solo Dios puede ofrecer el sacrificio por nuestros pecados.
Esto nos lleva al concepto de las 3 oficinas/funciones de Cristo: Profeta, Sacerdote y Rey. Esto toma lugar en el siglo XVI, pero se formalizo hasta el siglo XVII con teólogos Protestantes como François Turretini. Estas 3 oficinas/funciones se aplicaban de la siguiente manera: La ignorancia se quita con la oficina/función de profeta; la culpabilidad se quita a travez de la oficina/función sacerdotal; y la oficina/función de rey subyuga la inclinación rebelde por medio de la santificación. (McGrath 321).
Estos conceptos, dentro del Protestantismo de los siglos XVI y XVII,