Así como los arquitectos arman edificios calculando pesos y medidas, yo diseño y construyo materiales sintéticos, a los que técnicamente les llaman, polímeros, es decir, casi todos los plásticos que usamos. Pero cada uno es diferente, según su resistencia al calor, conductividad eléctrica, porosidad, peso, estructura, y muchas otras particularidades que yo calculo para atender sus necesidades específicas, como las de un convertidor catalítico que depura el humo que emite un motor, o las de una taza de cocina que no se calienta al contener líquidos calientes. Esa es mi pasión, la creación de materiales poliméricos, porque ello me permite vivir sin tener que trabajar.