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Libro “El Obstáculo es el Camino”.

Libro “Esencialismo”.

Si usas timeblocking en tu calendario, ten en cuenta la dimensión de la energía además del tiempo.

Clasifica tus tareas en creativas y de ejecución, considerando tu cronotipo y asignando las primeras a los extremos del día.

La sobrecarga debe minimizarse, agrupando tareas por niveles de energía y dejando el tiempo restante para tareas menos exigentes.

En resumen, organiza tu día considerando tanto el tiempo como la energía.

Cuando te cuesta identificar lo que realmente quieres o te entusiasma, comienza reflexionando sobre lo que te atrae: lo que consumes y de qué hablas.

Aprovecha lo que ya sabes, exprésalo, organízalo como un puzzle, relacionando ideas.

Experimenta con nuevas actividades e integra gradualmente lo que conecta contigo en tu vida diaria.

Cada minuto dedicado a algo significativo impulsa, mientras que cada minuto sin conexión te resta.

En resumen, no te pongas en segundo plano, integra lo que te impulsa en tu rutina y explora para descubrir lo que realmente te llama de forma primordial.

La vida es como un videojuego “rogelike”, donde a pesar de los fracasos, vuelves a empezar con más conocimiento y experiencia.

Estos fracasos son parte del proceso y no debes considerarlos como algo negativo. Al contrario.

Enfrentar problemas y tener que volver a empezar es inevitable, pero la clave es aceptar el proceso, recapacitar, planificar y —con todo lo que has aprendido— volver a la acción.

Cuando te sientes abrumado y agotado, mi enfoque o “método” se centra en relativizar la situación, ganar perspectiva y recordar superaciones anteriores.

Luego, priorizar identificando las áreas más afectadas y ser flexible para abordar la raíz del problema, buscando no la mejor solución, sino la más efectiva.

Finalmente, trazar un plan realista, deshacer el nudo emocional y tomar medidas con un enfoque equilibrado.

En resumen, la clave está en la perspectiva, la priorización, la flexibilidad y la acción planificada para superar situaciones difíciles.

Para organizar tus pensamientos y tenerlos disponibles más adelante, elige herramientas ligeras que se ajusten a tus necesidades específicas.

No te conviertas en cautivo de ellas y recuerda que menos es más; piensa antes de elegir y evita perder tiempo en la búsqueda de la herramienta perfecta (no existe).

Frente a los problemas, ajustar la percepción es clave.

Considerarlos desafíos, clasificar los hechos objetivamente, no resistirse, aceptar lo inmutable, trazar planes de acción y encontrar aspectos positivos en cada situación son pasos esenciales.

Todo tiene dos asas, y decidir en qué lado enfocarse es fundamental para convertir problemas en oportunidades.

Para contrarrestar nuestro sesgo hacia lo negativo y evitar la influencia perjudicial de la información truculenta, es crucial insonorizarse.

Esto implica alejarse de fuentes de noticias y medios que no aporten valor, utilizando bloqueadores (o cualquier herramienta que necesites) y adoptando una actitud de desprecio hacia los temas irrelevantes.

La exposición constante a lo negativo actúa como un virus, y la insonorización es la clave para mantenerse enfocado y protegerse contra la manipulación.

La edad influye en nuestra percepción, y a medida que envejecemos, podemos sentirnos presionados a hacer demasiado a la vez.

A pesar de tener menos tiempo, la clave es seleccionar y enfocarse en algo específico para maximizar nuestras oportunidades y superar la competencia.

Para reanudar una tarea importante, pero no urgente que has estado posponiendo, primero comprende por qué la pospones, luego asigna un espacio específico para ella, y finalmente establece una intención de implementación.

La acción, aunque imperfecta, es lo único que puede ayudarte a avanzar. Espera resistencia, especialmente al principio, pero con constancia se supera.

Una vez que percibas progreso, te sentirás motivado para seguir adelante.