Recientemente, al entrar en las webs de los medios de comunicación, aparece una ventana que nos invita a aceptar las cookies o a pagar para evitarlas. ¿Por qué? Paralelamente, Google ha empezado a prohibir las cookies de terceros, las que guardan nuestra información durante 2 años y nos dirigen publicidad según nuestros gustos. Una decisión que blinda y protege al usuario, pero ¿cómo se van a reinventar las marcas para colocar la publicidad?