El único oso que existe en Suramérica enfrenta un estado vulnerable de existencia porque cada vez se pierden más los páramos y bosques andinos donde habita. Sin embargo, en Colombia, hay un área protegida donde vive que está tan bien cuidada que este animal puede hacer sus largos recorridos. Allí, diseñaron una metodología única que hoy se replica en la región para contar cuántos individuos de esta especie existen.
El oso andino es el guardián del páramo y el bosque que, además, es una de las ocho especies de osos que existen en el mundo y la única de América del Sur.
En Colombia, Arley Muñoz es una de las personas que más los ha visto. Hasta hace dos años, había realizado por lo menos 125 avistamientos. Luego, este ingeniero ambiental que trabajaba con el Parque Nacional Natural Chingaza en Colombia, dejó de llevar la cuenta y comenzó a fotografiarlos.
“Es un animal muy misterioso que para nuestros antepasados, el oso es el guardián del páramo, del agua. Dependiendo de la energía que tú traigas, esa energía se ve reflejada para que el oso se pueda ver”, dice para explicar cómo lograr ver tantas veces a este animal.
La manera de identificarlos es por sus manchas en el rostro, por las que en muchos países los llaman osos de anteojos. Estas marcas son tan únicas como una huella dactilar.
A la identificación visual se suma la experticia de los guardabosques para rastrear las huellas de los osos andinos. Ellos han aprendido a identificar qué plantas han servido de comedero para estos animales, según el corte que vean en las hojas. “Las plantas tienen las marcas de la garra para poder arrancarla y el corte es que lo deshilacha porque no tiene los dientes para hacer un corte fijo”, indica.
Justo en Chingaza, un parque cerca de Bogotá, la capital colombiana, se desarrolló una metodología única para contar al oso andino. Son los modelos de ocupación que usan la probabilidad de presencia y los factores que afectan a la especie. Con esa información, hacen un estimado de cuántos individuos puede haber en cierto espacio. Esa metodología se replica también en Ecuador, Perú, Bolivia y prontamente en Venezuela. Esto significa que se utiliza en todos los países donde está el oso andino.
En Argentina, algunos investigadores señalan que consiguieron huellas para probar que el oso andino también está en ese país; pero otros señalan que se equivocó porque es un animal que recorre tantos kilómetros que existe la posibilidad de que haya sido un individuo que caminó desde Bolivia, como lo explicó Robert Márquez. Él es el coordinador de la Alianza para la Conservación del Oso Andino y uno de los grandes conocedores del tema en la región con más de 20 años de experticia.
Justamente, como la especie necesita un terreno tan amplio para moverse, los expertos ambientales en Colombia combinaron las áreas protegidas con predios privados para conformar los núcleos de conservación, que son zonas a cuidar para que el oso andina pueda tener su ecosistema.
Así crearon cinco núcleos que abarcan un total de 4,5 millones de hectáreas. El Parque de Chingaza hace parte de esa red y allí se estima que puede haber entre 50 y 128 osos, de los casi 11.000 que podría haber en toda Colombia, según el modelo que desarrollaron para hacer un cálculo de individuos.
Robert explica que para tener 50 machos de oso andino se necesitan al menos 3.800 kilómetros cuadrados. Esto hace que sea una especie sombrilla, lo que significa que al cuidar a este animal, se conserva una amplia biodiversidad por la zona tan extensa que cubre. Además, es una especie única porque, a diferencia de la mayoría de las ocho especies de oso que existen en el mundo, el andino no viene de la misma familia ni comparte tantas similitudes. Sino que es el único representante viviente de los osos de cara corta, como lo explicó el experto.
A pesar de su importancia, el oso andino está en una categoría vulnerable, según la Lista Roja de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Sus bosques se están perdiendo por cultivos agrícolas, ganadería en expansión, el cambio climático y la minería.
Por eso, Parques Nacionales Naturales ha firmado 170 acuerdos de conservación con la población local para que las comunidades ayuden a proteger al oso andino a la par que tienen proyectos de producción amigables con el medio ambiente. Así, los osos logran transitar por zonas más amplias que van más allá de los lugares protegidos y que incluyen predios privados.
Óscar Raigozo es un habitante de Choachí, uno de los municipios donde está el Parque Nacional Natural Chingaza. Este técnico en Saneamiento Ambiental trabaja con el área protegida y con los acuerdos de conservación.
“La comunidad se compromete a seguir conservando las partes altas del bosque, porque es algo que ya han hecho. A cambio, se ayudan a fortalecer los procesos productivos”, explicó Óscar.
México intenta prohibir el maíz transgénicoEl Congreso del país discute prohibir la siembra de maíz transgénico. La Cámara de Diputados ya aprobó el cambio constitucional y solo falta la luz verde del Senado. El gobierno promovió el proyecto de ley afirmando que es para proteger los cultivos nativos de maíz y los cataloga como un “elemento de identidad nacional” que sirve de alimento base del pueblo y de los grupos indígenas. Aunque el texto solo prohíbe la siembra, pero sí permite la importación.
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Así se reunieron en Italia. Y cerraron con dos grandes anuncios. Finalmente, aprobaron el plan para destinar 200.000 millones de dólares anuales a la diversidad biológica de aquí al 2030, una idea que venía desde cumbres anteriores, pero que no se había concretado.
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