Desde el cuerpo y la respiración comenzamos a expandir nuestra atención al momento presente, sostenemos y exploramos respirando a lo largo de la columna. Cultivando presencia en nuestro cuerpo para llevarla a nuestro día a día.

Conectarnos desde la respiración, la observación del cuerpo y permitirnos visualizar la esencia del árbol en nosotros, la raíz que se asienta en la tierra, las ramas que se extienden hacia el cielo...

¿cómo me encuentro hoy? ¿cómo se siente el cuerpo? El cuerpo como antena para reconocer mi estado día a día, la respiración como luz que ilumina mi presencia y me asienta en la calma.

Entendiendo asana como una postura firme y cómoda que nos sostiene en un estado consciente. Respiración que brinda sútileza y equilibrio. Control de los sentidos para que no haya distracción y asi dirigirnos y contemplar desde el loto del corazón.

Observar e integrar.

Afinando nuestro cuerpo, nuestra mente, nuestra voz para estar en sintonía y ser eco del canto Universal

A partir de la respiración observar como nos encontramos y permitirnos ir al aquí y al ahora.

Observar como nos encontramos hoy desde la dulzura, sin juzgar, y amorosamente permitirnos conectar con nuestra luz interior.

El amor y la gratitud como pilares de la vida.

Escuchando y manteniéndonos presente en nuestra realidad, practicar nuestra capacidad de ir hacia nuestro centro.