Respirando, observando y relajando desde la base de la columna hacia la corona de la cabeza.

Una relajación guiada iniciando en presencia y relajación en el cuerpo físico, para ir hiendo a lo sútil.

Estar presente desde la sencillez de la observación, desde el cuerpo y la respiración. Sentir como lo que parece sencillo es complejo y continuar presente cada respiración, integrando.

Desde la relajación del cuerpo a través de la respiración, aprender a soltar tensiones físicas. Luego pasar a la observación de mi estado mental para guiar a la misma calma del cuerpo a la mente.

Inhalando cultivo firmeza y libertad, exhalando entrego tensiones, angustias, ataduras.

Observando mi cuerpo, mis pensamientos, mis emociones regresando siempre a la atención de mi respiración para sostener mi centro y mi presencia plena.

Ahimsa, no violencia. Como comprendo ahimsa primero en mi postura, en mi cuerpo, entendiendo la violencia deliberada y la no deliberada, y a partir de allí expando esa observación a mis pensamientos, mi actitud, sembrando amor y compasión.

La dirección de la piel en la postura permite ser un punto de observación para cultivar mi presencia y atención.

Mi cuerpo firme y vibrante listo para cultivar y comprender el termino Santosha, encontrando equilibrio ante las situaciones externas.

A través de la relajación del cuerpo y de la mente conectarse con la respiración completa, expandiendo los pulmones en toda su capacidad desde la suavidad del cuerpo.