NASA pierde liderazgo: Una directora científica se va. Una carta interna protesta. Y la NASA se tambalea mientras miles de empleados alistan su salida
Por Félix Riaño @LocutorCo
Makenzie Lystrup, astrofísica y líder del mayor centro científico de NASA, anunció su renuncia justo cuando se proponen recortes que podrían cancelar misiones, cerrar laboratorios y dejar sin empleo a miles de personas.
Makenzie Lystrup, doctora en astrofísica con una carrera destacada en astronomía planetaria y gestión de tecnología espacial, ha confirmado que va a dejar la dirección del Centro de Vuelo Espacial Goddard el 1 de agosto. Este centro, ubicado en Greenbelt, Maryland, es el corazón científico de NASA: desde allí se gestionan los telescopios Hubble y James Webb, se controlan satélites que vigilan el clima, y se construyen sondas que exploran el Sistema Solar.
Lystrup llevaba apenas veintiséis meses en el cargo. Su salida coincide con un plan de la administración Trump que busca recortar el presupuesto de NASA en un 25 %. La cifra pasaría de casi veinticinco mil millones de dólares a dieciocho mil ochocientos millones, es decir, unos diecisiete mil trescientos millones de euros. En medio de ese panorama, más de dos mil empleados sénior están considerando salidas anticipadas. ¿Está entrando NASA en una era de retroceso científico?
Una carta llamada “Declaración Voyager” reta el plan de recortes desde dentro de NASA.
El Centro Goddard se extiende como un campus tecnológico: edificios bajos conectados por senderos, grandes paneles solares, antenas parabólicas gigantes y plataformas de control de misiones. Desde allí, miles de personas trabajan todos los días en observación terrestre, exploración espacial robótica y desarrollo de instrumentos científicos para entender el universo. Fue fundado en 1959 y lleva el nombre de Robert Goddard, pionero de los cohetes espaciales.
Makenzie Lystrup asumió la dirección del centro en abril de 2023. Llegó con una visión clara: liderar una nueva “Edad Dorada” de descubrimiento. Durante su gestión, Goddard participó en el regreso exitoso de muestras del asteroide Bennu gracias a la misión OSIRIS-REx; mantuvo dentro de presupuesto el desarrollo del Telescopio Espacial Nancy Grace Roman —considerado el sucesor del Hubble—; y dio inicio al diseño del Observatorio de Mundos Habitables, pensado para buscar señales de vida en planetas similares a la Tierra.A
demás, el centro sostuvo el funcionamiento de satélites que permiten a científicos, meteorólogos y agricultores obtener datos sobre el comportamiento del clima, la humedad del suelo, el derretimiento de glaciares y las emisiones contaminantes. Todo eso, gestionado desde una red de instalaciones coordinadas por Goddard y repartidas en diferentes estados.
Pero el guion dio un giro brusco. El nuevo presupuesto federal propuesto por la Casa Blanca plantea recortar veinticinco de cada cien dólares que hoy sostienen la ciencia de NASA. En números reales: más de seis mil millones de dólares menos. Eso forzaría la cancelación de decenas de misiones espaciales y pondría en riesgo miles de empleos en ingeniería, programación, matemáticas y análisis científico.
Goddard depende en un 60 % del presupuesto asignado a áreas científicas como astrofísica, estudios del Sol y exploración planetaria. Esas áreas serían las más golpeadas por el recorte. Por eso, NASA ya está ofreciendo salidas voluntarias, planes de retiro anticipado y despidos diferidos. Para muchas personas, estas medidas suenan más a advertencia que a opción.
El mismo día que Lystrup comunicó su renuncia, se hizo pública una carta abierta firmada por casi trescientas personas, incluyendo a cuatro astronautas. La llamaron “Declaración Voyager”, en honor a las sondas que desde los años 70 siguen enviando datos desde los confines del sistema solar. En la carta, acusan a la actual dirección política de “desperdiciar recursos, poner en peligro la seguridad humana y debilitar el núcleo de la misión de NASA”. En redes, muchos comparan esta crisis con “The Empire Strikes Back”: la comunidad científica reorganiza su resistencia ante el “imperio del recorte”.
En su carta de despedida, Makenzie Lystrup compara el trabajo en NASA con una carrera de relevos: cada quien corre su tramo y luego entrega el testigo. Ahora ella se retira a las gradas, mientras Cynthia Simmons —actual subdirectora— asume como directora interina. Simmons lleva veinticinco años en el centro y empezó como ingeniera contratista. Su desafío inmediato será mantener el entusiasmo y la productividad de equipos que ven cómo se marchan colegas, jefes y mentores.
Mientras tanto, en el Congreso de Estados Unidos, comités de ambas bancadas han aprobado proyectos de ley para restaurar casi por completo el presupuesto de NASA. Pero aún falta que esos textos se voten en pleno en la Cámara de Representantes y en el Senado. Y luego deben ser firmados por el presidente. Algunos legisladores temen que la Casa Blanca intente retener los fondos usando una maniobra legal llamada “impoundment”, que le permite al poder ejecutivo no ejecutar partidas asignadas por el Congreso. Si eso ocurre, habrá una batalla legal que puede durar meses.
Para la audiencia geek: esto se parece a Avengers: Endgame. Dos líneas temporales posibles: una donde la ciencia florece gracias a acuerdos políticos, y otra donde se evapora talento humano, se apagan telescopios y se cierran centros de investigación. Todo depende de lo que ocurra en las próximas semanas.
– Lystrup juró su cargo en 2023 colocando la mano sobre “Pale Blue Dot”, el libro de Carl Sagan, gesto simbólico que recordó la fragilidad de nuestro planeta.
– Antes de llegar a NASA, dirigió proyectos civiles en Ball Aerospace (hoy parte de BAE Systems) y coordinó programas para la Administración Oceánica y Atmosférica.
– El Centro Goddard también administra Wallops (Virginia), White Sands (Nuevo México) y la base de globos científicos de Texas. Todas esas instalaciones podrían ver recortes, lo que preocupa a universidades que dependen de sus datos para investigaciones sobre clima y seguridad espacial.
– La salida de Lystrup ocurre ocho semanas después de que Laurie Leshin renunciara al Jet Propulsion Laboratory tras despidos que afectaron un diez por ciento del personal debido a la incertidumbre del programa Marte Sample Return.
– Si se concreta el presupuesto de dieciocho mil ochocientos millones de dólares, el recorte de seis mil millones (unos cinco mil quinientos millones de euros) superaría el costo anual combinado de misiones como el observatorio de rayos X IXPE y la sonda Parker Solar Probe.
La renuncia de Makenzie Lystrup destapa la tensión dentro de NASA por recortes del veinticinco por ciento que podrían frenar exploraciones futuras. Vamos a seguir la votación presupuestal y el efecto en Goddard. Cuéntame qué opinas y acompáñame cada día: Flash Diario.
Lystrup deja Goddard; carta Voyager exige frenar recortes del 25 % que amenazan misiones, empleos y futuro de NASA.
📚 Bibliografía
– NASA News Release
– NASA Watch
– Ars Technica
– NBC News
– The Guardian
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