La Esquina Radio, una de las emisoras comunitaria de Medellín, les da la bienvenida a La Devuelta, este noticiero en el que tejemos puentes de interlocución entre la sociedad civil y la institucionalidad.

Una de las dificultades en la búsqueda de las víctimas de desaparición forzada, es el poco seguimiento judicial a los casos denunciados, y en muchos casos han sido las familias quienes han emprendido la búsqueda por su propia cuenta.

Hace 20 años, la comuna 13 de Medellín, fue símbolo de terror y muerte, debido al conflicto armado que allí se vivía y a las más de 23 operaciones militares que se realizaron en el territorio. Un conflicto armado que dejó a más de 400 desaparecidos, según información recopilada por la Jurisdicción especial para la paz.

El 8 de Julio de 2020, La Jurisdicción Especial para la Paz, ordenó a través del Auto 097, a la Alcaldía de Medellín, al Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) y a la Fiscalía General de la Nación dar información sobre los casos de desaparición forzada en la comuna 13, al igual que “desarrollar las acciones necesarias para consolidar la base de datos de víctimas, identificar y contactar a los familiares para informarles el desarrollo actual del proceso de búsqueda".

Eilyn Catalina, Evelyn Ossa Rodríguez, Katalina Ramírez, Shantall Escalona, son los nombres de las mujeres trans por quiénes hemos hecho memoria en voz alta. Todas ellas asesinadas. Y la lista es más larga, si consideramos que en Colombia, en el 2015 se asesinaron 33 mujeres trans, en 2016, 22, en espacios públicos, según datos del informe de violencia hacia personas LGBTI en Colombia. Y en lo que va del 2020, 6 mujeres trans han sido asesinadas.

Hoy en la devuelta abrimos los oídos y micrófonos para escuchar a las mujeres trans dedicadas al trabajo sexual.

Según información de diferentes organizaciones LGBTI el promedio de vida de las personas trans es de 35 a 40 años, ¿por qué? Por las situaciones de riesgo y peligro que enfrentan, entre éstas la intolerancia y el odio de quienes que ven, mayormente a las mujeres trans, como personas sin derechos.

El artículo 13 de la Constitución Política de Colombia establece que todas las personas nacen libres e iguales ante la ley, recibirán la misma protección y trato de las autoridades y gozarán de los mismos derechos, libertades y oportunidades sin ninguna discriminación por razones de sexo, raza, origen nacional o familiar, lengua, religión, opinión política o filosófica.Y obliga a el Estado a adoptar medidas en favor de grupos excluidos para promover unas condiciones de igualdad real y efectiva.

De acuerdo con Migración Colombia al 30 de abril del 2020 en el país, había un millón 788 mil 380 venezolanos, de los cuales 883.544 eran mujeres. Pero más allá de las cifras, son mujeres con un nombre y una historia, hijas, madres, trabajadoras, soñadoras. La situación política, social y económica de su país, las trajo hasta las montañas y calles de Medellín, y sin importar su condición como migrantes de regular o irregular, tienen derechos que hoy exigen sean garantizados.

“Todos los migrantes, en virtud de su dignidad humana, están protegidos por el derecho internacional de los derechos humanos, sin discriminación, en condiciones de igualdad con los ciudadanos, independientemente de su situación administrativa o de su condición”, es lo que expresa las Naciones Unidas, en la declaración de los derechos humanos para los migrantes.