Cada jueves José Lagunar, de AUTOFM, participa en las mañanas de Onda Cero junto a Agustín Bravo, Sofía Menéndez y Sergio Alberto en el programa Más de uno Madrid Sur.
El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto que actualizará el catálogo oficial de señales de tráfico, la primera gran revisión desde 2003. La norma entrará en vigor el 1 de julio de 2025, pero el despliegue físico será progresivo: ayuntamientos, diputaciones y comunidades autónomas irán sustituyendo las placas cuando toque renovar la señalización dentro de sus ciclos de mantenimiento, evitando así inversiones puntuales desproporcionadas. Únicamente las señales que desaparecen del catálogo deberán retirarse en el plazo máximo de un año para garantizar la seguridad jurídica de los usuarios.
¿Por qué esta reforma? Fundamentalmente para que la señalización acompañe los profundos cambios sociales y tecnológicos de las dos últimas décadas. La irrupción de los vehículos de movilidad personal, la generalización de infraestructuras “humanizadas” o la expansión de la movilidad eléctrica reclamaban una respuesta normativa. Además, el conductor actual viaja saturado de información —navegadores, paneles LED, asistentes ADAS—, de modo que se persigue simplificar mensajes, mejorar la legibilidad de los pictogramas y eliminar toda connotación de género, en línea con la Convención de Viena sobre Señalización Vial.
El nuevo catálogo incorpora señales específicas para patinetes eléctricos, carriles bici segregados y zonas de prioridad peatonal; crea pictogramas más explícitos para las carreteras 2+1 y los radares de tramo; renueva las alertas de fauna salvaje (lobo, corzo, oso), sustituye el viejo tren de carbón por un convoy de alta velocidad y añade iconos propios de la movilidad eléctrica, como los puntos de recarga o los surtidores con nuevos tipos de combustible (E10, B7, H₂). Paralelamente, se rediseña el clásico STOP —tipografía más ancha y mejor contraste—, se subrayan las prioridades en las rotondas y se ajustan tamaños y bordes reflectantes para aumentar la visibilidad nocturna y reducir el consumo de aluminio. Salen del inventario varios símbolos en desuso, como los pasos a nivel con barreras abatibles o el cruce con tranvía en calzadas donde desapareció esa infraestructura.
Quienes vayan a sacarse el carné no tendrán que memorizar los nuevos gráficos de inmediato: la DGT dejará pasar, al menos, tres meses desde la entrada en vigor para que autoescuelas y editoriales actualicen sus manuales; en la práctica, las nuevas señales no aparecerán en los exámenes teóricos hasta octubre de 2025. Este intervalo pretende asegurar que los aspirantes dispongan del material formativo adecuado y no se vean penalizados por la transición.
Con esta reforma, Interior y Transportes persiguen tres objetivos: mejorar la comprensión universal de la señalización y reducir siniestros derivados de interpretaciones erróneas; racionalizar la fabricación y el mantenimiento, avanzando hacia un parque de señales más sostenible; y, sobre todo, garantizar que el sistema semiótico español evolucione al ritmo de la nueva movilidad y de un espacio público cada vez más inclusivo.