Oremos juntos una oración poderosa donde declaro protección, bendición y restauración espiritual sobre tu familia. Hablo de cómo la fe puede dejar un legado generacional, pidiendo a Dios que cada decisión, valor y ejemplo se convierta en herencia espiritual para hijos y nietos. Oro para que ningún arma forjada contra las familias prospere, que sean protegidas de toda influencia negativa, y que cada hogar sea un refugio de valores bíblicos y un faro de esperanza en medio de la sociedad.

¿Has sentido que algo no encaja en tu vida? ¿Que hay heridas que no sanan o patrones que se repiten? Descubre la diferencia entre sobrevivir y vivir: LA BENDICIÓN. Hay heridas que no sabemos que tenemos hasta que alguien las toca. Tu alma grita por algo que nunca recibió, pero lo que faltó en tu pasado no tiene que definir tu futuro. 

¡Despierta iglesia! Vivimos tiempos donde el enemigo ataca sistemáticamente a nuestras familias con estrategias específicas. Descubre cómo equiparte con autoridad bíblica para ganar esta guerra espiritual. "Los niños son nuestros y son de Dios" - Una generación que conoce a Jehová es más poderosa que mil generaciones que conocen el mundo. 

Hay algo que está amenanzando lo más sagrado que nosotros tenemos; nuestra familia, nuestros matrimonios y nuestros hijos. Las batalla más fuerte se libra en nuestros hogares, creyendo que ningún arma forjada contra los nuestros va a prosperar. 

Dios no viene a "devolverte" algo que perdiste, sino a sacar a la luz lo que siempre estuvo en ti. Porque Él te creó con propósito, con gloria, con belleza. El problema es que muchas veces las malas decisiones van cubriendo todo eso. 

Dios desea que sus hijos vivan una vida de sobreabundancia espiritual, emocional, y material, pero para ello es necesario cambiar la mentalidad de escasez, comprender el amor profundo de Dios.

Cuando el Espíritu Santo entra en tu vida, tú comienzas a vivir de una forma totalmente nueva. Él te transforma desde adentro, renovando tus pensamientos, alineando tus deseos y tus prioridades.

El pecado no solo te separa de Dios, también limita lo que puedes lograr y experimentar. Tú puedes tener talento, grandes oportunidades, pero si no rompes con esas ataduras, siempre te quedarás atado a lo mismo.

Tú fuiste creado para mucho más que sobrevivir. Tú fuiste creado para prosperar, para reinar, para vivir en libertad y en plenitud. Así que hoy, no permitas que esos límites sigan deteniéndote. Ve a la cruz y recibe la vida que Cristo ganó para ti.

Tú no estás aquí para vivir limitado por lo que pasó. Tú no estás aquí para vivir de metas pequeñas que solo alimentan tu pasado. Dios quiere que tú pienses diferente, que tú sueñes diferente, que tú camines en fe.