Codicia es pensar que Dios no es bueno, es buscar por tus fuerzas lo que Dios te quiere dar. La codicia te saca del Huerto del Edén cuando tú piensas que Dios te está reteniendo de ti algo que no te quiere dar o que tendrás que hacer las cosas negativas para obtenerlo. 

Cuando el cielo choca con nuestras vidas debe de ocurrir un espectáculo de luz, a tal manera que el mundo tenga que mirar que algo ha cambiado en nuestras vidas. Somos la luz del mundo. 

En tu momentos más difíciles y más duros el cielo no está tan lejos, porque no se trata de que la tierra invada al cielo, sino que el cielo invada la tierra todos los días. Estamos aquí para restaurar el paraíso perdido.

La adoración es una decisión, tú puedes decidir si vas o no a adorar a Dios y tenerlo presente en tu vida. Dios escucha la adoración desde un corazón dispuesto a pesar de lo que le está pasando. 

Todo evento importante en la vida de una persona tienen un lugar y una persona. Dios es capaz de transformar tus memorias y los lugares para poder darte nuevas experiencias. 

La vida y Dios demandan de ti. Dios demanda de ti porque de lo contrario no verías cosas que de otra manera pudieras experimentar. Dios pide sacrificio, pero uno lo convierte en adoración. 

Cuando procesas por medio del Espíritu Santo y la Palabra de Dios las cosas que te han ocurrido, se convierte en bendición lo que puede ser para maldición. Jesús dice que en cualquier momento y lugar Dios puede estar, solo busca gente que le adore en espíritu y en verdad. 

Todo aquel que se conecte a la fuente de vida eterna puede vivir una vida de plenitud. El agua que Dios ha puesto dentro de ti, no debe alimentar el pecado, sino que Dios llena tu vida del agua del Espíritu Santo. 

Hay muchas teorías inventadas para desacreditar a Jesus y la Biblia, pero ¿qué estas creyendo tú? Si no fuera tan poderoso el poder de la Resurrección, no existirían tantas teorías para calmar la amenaza que representa. 

Muchas veces sustituimos las cosas que Dios te puede dar por cosas naturales que están por debajo de su capacidad de satisfacer permanentemente la necesidad que tenemos.