Durante los últimos 25 años los planetas fuera de nuestro sistema solar han pasado de ser una teoría a objetos catalogados por miles. Hasta hoy solo podemos detectarlos y medir parámetros básicos como su masa o su tamaño. Pero se acerca el momento en que podremos estudiarlos en cierto detalle y recoger informaciones como la presencia de atmósfera y su composición, la existencia de lunas, o la posibilidad de que haya océanos (¿de qué líquido?) en sus superficies. Muchos de estos indicios pueden ser clave para determinar, en un futuro, la potencial presencia de vida en esos nuevos mundos.