El médico y botánico francés Aimé Jacques Alexandre Goujaud heredó de su padre el apodo de Bonpland y no pudo hacer mejor honor al nombre. Sus aportes a la ciencia observando, recolectando y clasificando plantas lo convirtieron en una leyenda. Este año se cumplen 250 de su nacimiento y en Paraguay, donde fue confinado a vivir por una década, le recuerdan con homenajes y conferencias promovidos por la Embajada de Francia.