Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos (Mateo 5:16).     No te apresures a juzgar a los demás, ni caigas en la tentación de condenar al prójimo. La Biblia dice que el Señor Jesús “es el que Dios ha puesto por Juez de vivos y muertos” (Hechos 10:42). Él es el único y verdadero Juez, rico en misericordia. Puede ser que haya personas a tu alrededor, quizás incluso en la iglesia donde te congregas, que no estén viviendo correctamente; pero no las juzgues. Más bien, sé tú

la luz que las ayude. Eso es lo que Jesús nos dice en el versículo de inicio: “Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos”.

El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que rehúsa creer en el Hijo no verá la vida, sino que la ira de Dios está sobre él (Juan 3:36).He orado, he confesado la Palabra, he ayunado, he dado una especial ofrenda; y, con todo, mi situación no ha mejorado”. En ocasiones, encontramos a personas que tienen este tipo de agonía y lucha con su fe. En la mayor parte de los casos, esto se debe a que no han aprendido a usar su fe.

Y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz (Filipenses 2:8). Dios tiene estructuras, sistemas y principios; pero hay muchas personas que deciden vivir al margen de ellos. La Biblia dice que “Hay camino que al hombre le parece derecho; pero su fin es camino de muerte” (Proverbios 14:12). Es importante que prestes atención a lo que Dios te dice, y que sigas sus

instrucciones. Nunca actúes con desobedienci

Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo (1 Corintios 3:11).La  Biblia  relata  cómo  Pedro  sanó  a  un  hombre paralítico  en  la  puerta  del  templo  llamada la  Hermosa.  Aunque  aquel  hombre  llevaba  en  tal situación  desde  su  nacimiento,  Pedro  sabía  que la  Palabra  podía  transformarle.  Cuando  hizo  esa afirmación  en  el  Nombre  de  Jesús,  aquel  hombre  fue sanado  por  completo  (Hechos  3:1-8). Si  la  Palabra pudo  cambiar  la  vida  de  un  hombre  adulto,  que  estaba paralítico  desde  su  nacimiento;  entonces,  puede cambiar a cualquiera. La  Palabra  de  Dios  tiene  poder  para  sanar  a  un hombre  enfermo,  para  convertir  a  un  pecador  en un  santo,  y  a  un  fracasado  en  un  éxito.

Pues si por la transgresión de uno solo reinó la muerte, mucho más reinarán en vida por uno solo, Jesucristo, los que reciben la abundancia de la gracia y del don de la justicia (Romanos 5:17).Todo hijo de Dios es un rey en esta vida, y está llamado a reinar en justicia. La justicia te concede la potestad de estar en la presencia de Dios sin condenación, para tener comunión con Él, con su rectitud en tu espíritu. He aquí porqué podemos manifestar una fe tan audaz.Esta es la razón por la que tenemos confianza para hacer pronunciamientos en su Nombre, y que estos se cumplan. Nuestra justicia es de Él, no por nuestras obras o méritos, sino fruto de la obra que Jesús consumó. Dios te ha declarado justo: “Con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús” (Romanos 3:26). ¡Aleluya!

Algo muy significativo que la Palabra de Dios hace en tu vida es disponer tu espíritu correctamente. La Palabra de Dios puede causar que tus pensamientos sean conformes a la voluntad de Dios. Éste es el motivo por el cual se nos da la instrucción de renovar nuestras mentes con la Palabra de Dios por medio de la meditación.     Cuando la Palabra mora en tu espíritu por medio de la meditación estás programado para vivir en coherencia con esa Palabra. Las circunstancias del mundo que te rodea y otras voces ajenas podrán intentar apartarte de la Palabra; pero, cuando tu espíritu ha sido dispuesto correctamente por la Palabra, no lo podrán conseguir.

Como hombres nos podemos olvidar muchas cosas y solemos a diario reconocerlo. Pero nuestro buen Dios nunca se olvida de cada uno de sus hijos.  Todos los que conocemos a Dios como Señor y salvador personal podemos tener la certeza de que NUNCA SOMOS OLVIDADOS POR DIOS,  Animémonos y aprendamos a caminar con la seguridad de que Dios siempre se acuerda de nosotros

El rey Josafat, que reinó como rey de Judá, cuando fue rodeado y humillado por sus enemigos, que vinieron a hacer la guerra contra él, oró a Dios de una forma abrumadoramente aplaudible,  pidiendo que su mano poderosa se posara sobre la situación.Hizo esta sencilla pero poderosa oración: "... No sabemos qué hacer, pero nuestros ojos están puestos en ti". 2 Crónicas 20.12

En este episodio somos expuestos a la maravillosa verdad de Isaías 26:3...Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.  Aprenderemos que cuando invertimos tiempo en la lectura de la Palabra, o si no tenemos tiempo para leerla, en escuchar la palabra de Dios, nuestro espíritu se alimenta con el aliento de vida del Omnipotente que nos permitirá vivir victoriosamente y en paz. ¡Disfruta el podcast y compártelo con tus familiares y amigos!

“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”, (Lucas 6:38).

La Semilla de Fe Transforma tu Futuro

Semilla de Fe es todo aquello que puedes dar para  Cambiar lo que te ha sido DADO por lo que Dios te ha PROMETIDO. Semilla de Fe es actuar CREYÉNDOLE A DIOS para provocar la multiplicación de lo que tienes en tus manos. Recuerda que el que siembra siempre cosecha multiplicadamente.

Por ejemplo, he investigado sobre la siembra del maíz.  El que siembra un grano de maíz, cosecha una planta que produce de 5 a 7 mazorcas con 400 a 450 granos por mazorca.  Es decir, el que siembra un grano como mínimo recogerá entre 2.000 y 3.150 granos. Quien siembra siempre cosecha multiplicadamente lo que siembra.

Cuando tu siembras en fe, está provocando la transformación de tu futuro. Recuerda que Dios no responde a necesidades sino a tu fe.  Si quieres ver tu vida transformada, debes sembrar lo que esperas ver cambiado.  Esta Ley se aplica todo en la vida.

Si siembras de la carne cosecharás de la carne multiplicadamente, pero si siembras del espíritu cosecharás del espíritu multiplicadamente.

Por eso, usa tu fe, cree lo que Dios ha determinado, siembra lo que quieres ver multiplicado en tu vida y verás transformación. Dios responde a tus Semillas…cuando se confía en Él.

“Dad, y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo; porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir”, (Lucas 6:38).