Para un nuevo viaje por caminos raros, Jesús Panadero y Chus Bodegas nos invitan a tomar el petate. Un camino raro nos espera, esta vez, más de tiempo que de espacio.
Sin mapas, como siempre, pero esta vez incluso sin la marca de las estrellas. Cartografía dulce y procelosa, amable y artera. Que era, eterna, blanda, risueña o doliente, antes, quizá, de que la luz se hiciera. Y tierna. ¿Dijimos tierna?
No iluminada: luminosa. Noche diferente, única, como todas las noches.