El Congreso de los Diputados rechazó la proposición de ley pactada entre el Ejecutivo y Junts para transferir a Cataluña las competencias en materia de inmigración, una reclamación defendida por Carles Puigdemont. La iniciativa fue tumbada con los votos en contra de PP, Vox, Podemos y UPN, evidenciando un amplio rechazo transversal a esta cesión de soberanía nacional.
La votación reflejó también divisiones significativas en el bloque gubernamental. Dentro de Sumar, el diputado de Compromís Alberto Ibáñez y el de Chunta Aragonesista Jorge Pueyo se desmarcaron de la posición común de su grupo y no respaldaron el texto acordado entre socialistas y neoconvergentes, debilitando aún más la posición del Congreso gubernamental.
El resultado final fue de 173 votos a favor y 177 en contra, marcando una derrota clara para el gobierno socialista. Durante el debate previo en el Congreso, las formaciones independentistas reprocharon a la derecha haber mezclado la cesión de competencias con un discurso contrario a la llegada de inmigrantes.
Tercer revés parlamentario consecutivo
La norma solo contó con el apoyo de los partidos impulsores PSOE y Junts, junto a los aliados habituales del Gobierno: Sumar (salvo las defecciones), ERC, EH Bildu, PNV, BNG, Coalición Canaria y la diputada de Compromís Àgueda Micó. Esta limitada base de apoyo en el Congreso evidencia el aislamiento creciente del ejecutivo socialista.
Esta derrota supone el tercer revés parlamentario para el Ejecutivo en apenas dos semanas, confirmando su extrema debilidad institucional. La incapacidad del gobierno para aprobar iniciativas básicas en el Parlamento español demuestra la inviabilidad de la actual mayoría de investidura.
El rechazo en el Congreso representa una victoria para quienes defienden la unidad nacional frente a las cesiones independentistas. La coalición PP-Vox-Podemos, pese a sus diferencias ideológicas, coincide en rechazar transferencias que comprometen la soberanía estatal en materias tan sensibles como el control migratorio y fronterizo.