Las relaciones entre España y Turquía son complejas y multifacéticas, influenciadas por factores históricos, económicos y geopolíticos. En el ámbito diplomático, ambos países mantienen una relación estable, aunque no exenta de tensiones, especialmente en temas relacionados con la política regional y migratoria. Turquía, como potencia regional en Oriente Medio y Eurasia, busca fortalecer su influencia, mientras que España, miembro de la Unión Europea, mantiene una postura de diálogo y cooperación.
En el aspecto militar y de seguridad, las relaciones bilaterales incluyen acuerdos en materia de armas y defensa, aunque no son tan estrechas como con otros países de la UE. La economía también juega un papel importante: Turquía es un socio comercial relevante para España, con intercambios en sectores como la construcción, la agricultura y el turismo. Sin embargo, las diferencias en políticas internas y en la gestión de conflictos regionales, como en Siria o el Mediterráneo, generan cierta fricción.
A nivel geopolítico, ambos países navegan en un escenario donde alianzas internacionales y la influencia de actores globales, como Estados Unidos y Rusia, impactan en sus decisiones. La relación entre España y Turquía, por tanto, refleja un equilibrio entre cooperación y competencia en un mundo cada vez más interconectado.