Nosotros hemos tenido amigos, que en algún momento de nuestra vida, nos han hecho daño, en la escuela, en el trabajo, algún vecino, las rencillas crecen, así como el resentimiento y odio, pero en esos casos podremos optar por terminar esa relación de amistad, no hacer caso y seguir nuestro camino, pero en el caso de que tu familiar más cercano como lo es un hijo, nos hiciera mucho daño a nosotros o a alguien más de nuestra familia, las cosas cambian. Este fue el caso de Absalón, si no hay un perdón sincero, el odio y la amargura en nuestros corazones, hará pedazos nuestras relaciones, no hay ninguna relación ni familia que dure si las personas no son capaces de conceder un perdón sincero que se haga evidente en las palabras y hechos. El perdón parcial puede hacernos ver una forma de paz, pero cuando ese perdón no es demostrado en la forma que vivimos, jamás tendremos una reconciliación verdadera.