A punto estuvo de entrar a preguntar al encargado por ese cartel de prohibido fumar a ocho metros del edificio cuando pasaba hoy por Diagonal, pero se contuvo. Llegó excitado y quiso, para empezar, enseñarle a Idafe Martín Pérez las cosas que decía Daniel Schneidermann, el verdadero inventor de fachosphère, hace nada menos que veinte años.

Está cansado de todo ese asunto del terrorismo en la causa contra el independentismo. Nadie habló de terrorismo hasta hace muy pocos meses, como nadie habló de amnistía. El verdadero terror no lo sintió el ciudadano en 2019, sino en 2017, cuando el gobierno de la Generalidad se le puso en contra. Igual que no podría considerarse terrorismo a la kale borroka sin considerar terrorismo a ETA, si Tsunami es terrorismo, todo el Proceso lo es.

Protestó por haber visto los tractores por la ciudad, como tanques, y reiteró lo que había escrito sobre Bukele, dejando de nuevo la pregunta al aire: ¿hay democracia en un país con una tasa de asesinatos como la que tenía El Salvador en 2015?

Recordó a Luis Racionero y lamentó, con melancolía, que sus cosas estén vendiéndose al peso en los Encantes.

Y fue así que Espada yiró.

Bibliografía:

-       Daniel Schneidermann, Le Cauchemar médiatique

-       Luis Racionero, Del paro al ocio

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