En las últimas décadas, varias tecnologías comenzaron a llegar al sector agrícola con miras a mejorar la nutrición de los cultivos, controlar las enfermedades y aumentar los rendimientos. Entre ellas, el plasma no térmico viene avanzando a paso firme, con resultados auspiciosos en diferentes cultivos, como soja, trigo y en pasturas. Esta tecnología tiene la particularidad de que, al ser un método físico, no contamina los agroecosistemas. Karina Balestrasse, docente de la cátedra de Bioquímica de la Facultad de Agronomía de la Universidad de Buenos Aires (FAUBA) e investigadora del Instituto de Investigaciones en Biociencias Agrícolas y Ambientales (UBA y CONICET), nos cuenta cómo —junto con la Facultad Regional Venado Tuerto de la Universidad Tecnológica Nacional— desarrollaron el plasma no térmico, y resalta los numerosos usos y ventajas que le encontraron sobre otras tecnologías aplicadas al agro.