La Casa Blanca confirmó que no hay planes inmediatos para una reunión entre Trump y Putin tras suspenderse la cumbre que se preveía en Budapest dentro de dos semanas para discutir la guerra en Ucrania. Esta cancelación representa un revés significativo para los esfuerzos diplomáticos estadounidenses de mediar en el conflicto tras más de tres años de guerra.
Una reunión preparatoria programada para esta semana entre el secretario de Estado Marco Rubio y el ministro de Asuntos Exteriores ruso Sergei Lavrov fue reemplazada por una simple llamada telefónica, evidenciando el deterioro de las negociaciones.
Rusia rechazó tajantemente el martes la propuesta de Trump de un alto el fuego inmediato en Ucrania basado en las líneas actuales del frente de batalla. Lavrov afirmó que congelar los combates ahora equivaldría a ignorar las causas profundas del conflicto, haciendo referencia explícita a las exigencias maximalistas de Moscú.
Exigencias de Rusia a la Casa Blanca
Rusia exige que Ucrania adopte estatus de país no alineado permanentemente, renuncie definitivamente a integrarse en la OTAN y acepte restricciones estrictas en su capacidad militar futura.
Además, Rusia exigió cínicamente vetar cualquier garantía de seguridad internacional para Ucrania mientras simultáneamente busca obtener garantías propias para su seguridad, pese a ser el país agresor que inició la invasión. Esta contradicción evidencia la mala fe rusa en las negociaciones.
De esta manera, los planes para la reunión Rubio-Lavrov fueron suspendidos definitivamente debido a desacuerdos irreconciliables sobre los términos para poner fin al conflicto ucraniano.