La misma se halla en el corazón de unos terrenos calizos, arenosos y pedregosos que favorecen el desarrollo de viñedos de pie franco en un microclima de montaña único. Hoy Xenia y Selena Martínez (segunda generación al frente) abren las puertas de este legado. Pero la experiencia no se queda en la viña ni en la copa. Bajo estas mismas tierras, la Cueva del Tío Amable, refugio de bandoleros en los años cuarenta, hoy ofrece un escenario enoturístico único: una visita que combina leyenda, paisaje, historia y degustación en plena bodega. Una experiencia que une tradición, legado y vino en un enclave donde el pasado y el presente comparten copa.Nuestra compañera Patricia Jiménez conversa con Xenia Martínez para conocer más de estas actividades enoturísticas que ofrecen.