Nuestro diálogo interno moldea nuestras creencias sobre nosotros mismos y sobre el mundo que nos rodea, pero también repercute de forma directa en nuestros estados emocionales. El lenguaje que usamos cuando pensamos y lo que nos decimos con estos pensamientos, es mucho más importante de lo que solemos creer. Como sabemos nuestro diálogo interno es un reflejo de nuestros estados emocionales, de nuestras actitudes, creencias, etc. pero esta relación va en ambos sentidos, pues nuestros estados emocionales, nuestras actitudes, creencias, etc. son a su vez un reflejo de nuestro diálogo interno.