Basado en Lucas 7:11-12

Muchas veces las lágrimas y el dolor no nos permiten ver a Dios en las adversidades. Los ojos llorosos nos bloquean el entendimiento, culpamos a Dios justo cuando debemos mirar hacia Él.

Hay personas que viven ocupadas en sus vidas, preocupadas por trivialididades, con charlas y discursos vacíos, y en tal condición olvidan la importancia de dar y compartir.

Dos principios espirituales para compartir y bendecir. Primero, uno cosecha lo que siembra, recibe ayuda de a quien la dio. Segundo, nos protege de la avaricia y el egoísmo.

“Reparte a siete y aún a ocho, porque no sabes el mal que vendrá sobre la Tierra.” Sea sabio, reparta, comparta, haga buenas acciones, ponga su mayor esfuerzo porque el beneficio es grande.

Si uno no corre el riesgo de prestar servicio, nuestra vida pierde sentido y emoción. Si corres el riesgo de servir, no solo tendrás abundantes amigos y personas alrededor tuyo que permanecerán a través del tiempo, sino que sentirás satisfacción.

¿Cómo invertir bien en la vida? Una buena inversión es servir a los demás, no importando la edad. Quien no aprende desde joven a buscar el sentido de la vida, no lo encontrará en la vejez.

Muchas personas no han podido ni logran experimentar en carne propia las bendiciones de las promesas de Dios debido a su incredulidad, la cual bloquea el contacto con Él y con nuestros hermanos. Números 13

Cuando a veces nos enfrentamos a dudas, conflictos o problemas caemos en la incredulidad, la desconfianza y en la indecisión que nos imposibilita elegir un camino y admirar la fidelidad que Dios ofrece a los que lo honran.

¿Necesitas hechos para poder creer? ¿Necesitas pruebas para comprobar que Dios existe? ¿Dudas de la palabra de Dios? Es hora de definirse y poner nuestra confianza en Jesucristo.