Por culpa del teocintle, un pasto que, como sus primos el arroz, la avena, la cebada, el centeno y el trigo de otras regiones del planeta, aquí en Mesoamérica, se cultivó y dio origen al maíz.
Los teocintles son gramíneas, plantas herbáceas de espigas similares en consistencia y forma al césped de tu jardín, pero que, al desarrollarse, le crecen semillas, en este caso, protuberancias densas y apretadas, lo que ahora llamamos mazorca, donde les crecen los dientes al maíz.
Se cree que los antiguos habitantes de lo que hoy es Centro América y México domesticaron este “Pasto” o teocintle en diferentes condiciones climáticas, lo que ocasionó una diversidad muy rica de maíces. Su proceso de domesticación inició hace aproximadamente 10,000 años.