Hablar de potencial es como hablar de magia. El potencial tiene la capacidad de permitirnos soñar, imaginar futuros en los que estamos en situaciones muy diferentes a la actual. Futuros en los que somos quienes realmente queremos ser, no quien la sociedad (o nosotros mismos) nos imponemos. Además, el potencial se diferencia del resto de conceptos porque es puro: sólo ve la cantidad de oportunidades que están por crearse, que puedes desarrollar. Ver el potencial en otra persona es fácil, verlo en nosotros mismos es una tarea más complicada.

Seguro que te ha pasado con algún amigo o amiga: “Tienes que hacer esto, lo veo clarísimo, te saldrá genial, no cabe duda de que es tu destino.” En cambio, cuando pensamos en nosotros mismos, el discurso cambia: “¿Estaré haciendo lo corecto? ¿Y si me quedo mejor donde estoy y no tiento a la suerte?”.

Hoy soy ese amigo que te anima a seguir tu potencial, huyendo del miedo.