Acojonante.

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que salir corriendo de Paiporta ante el estallido de ira de un pueblo que se siente abandonado y sin recursos para afrontar las consecuencias de la DANA.

Están desquiciados.

La victoria de Donald Trump en las presidenciales estadounidenses ha caído como un balde de agua fría para la izquierda española.

La ira de los 'progres' fanáticos que luego van de demócratas, les ha llevado a decir barbaridades como la del tertuliano de laSexta que afirmó sin ruborizarse que “votar a Trump era una afrenta a los valencianos afectados por la DANA”.

Retratado.

Lo de las mentiras y Pedro Sánchez hace mucho que ha pasado de ser anecdótico a ser patológico. Sin importar el tema o la situación, el presidente de Gobierno miente.

Desde temas políticos como los pactos con Bildu y Podemos, la amnistía; pasando por temas judiciales como Tito Berni, Koldo o Begoña, hasta un asunto de mínima humanidad como lo que está pasando con la catástrofe ocasionada por la DANA.

Huyó como un cobarde.

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, ha tenido un baño pero no de masas sino de fango, en su visita a Paiporta, una de las localidades más afectadas por la peor DANA que ha azotado a España en la historia.

Si monta un circo, le crecen los enanos.

El presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, intentó poner tierra por medio para huir de los escándalos de corrupción que cercan a su Ejecutivo, al PSOE y a su círculo familiar. Sin embargo, ha fracasado en el intento de mantener un ‘perfil bajo’.

Si el presidente se fue a la India como parte de su estrategia de huir al extranjero para no dar explicaciones sobre Ábalos, Begoña, Koldo y Aldama. Inició la gira internacional en la que realizará hasta cinco viajes en poco más de tres semanas. Todo esto con el escándalo por la trama de corrupción socialista conocida como el caso Koldo, en plena ebullición.

Cada día que pasa, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, queda peor parado y más pringado por la corrupción producto de la trama de corrupción conocida como el caso Koldo.

Aunque intente poner tierra por medio para no tener que responder sobre las informaciones que a diario se van desvelando sobre los chanchullos y manejos de su exmano derecha, José Luis Ábalos, el comisionista Víctor de Aldama y el exasesor del ministro de Transporte, Koldo García que salpican a varios ministerios y hasta el propio PSOE, lo cierto es que Sánchez se encuentra acorralado.

Yo no sabía nada.

Esas son las explicaciones de los dos partidos del Gobierno de coalición sobre los escándalos que abrasan al PSOE y a Sumar.

Los socialistas, con el presidente de Gobierno a la cabeza, se encuentran hundidos hasta el cuello por el fango de la corrupción. Cada día que pasa se descubren nuevos indicios de que la dimensión de la trama de corrupción socialista alcanzaba gran parte del Ejecutivo de Pedro Sánchez y que este, al menos, sabía de muchos de los negocios de la “organización criminal” como la polémica visita de Delcy Rodríguez.

¡Menuda bomba!

Uno de los máximos ‘aliados’, el portavoz de Sumar, Íñigo Errejón, resultó ser es un depredador sexual. Pero lo que es más repugnante todavía, es que esas pléyades del feminismo, esas Juanas de Arco reencarnadas que son Yolanda Díaz, Irene Montero, Ana Pardo de Vera, Esther Palomera y tantas otras dentro de Podemos, Más Madrid, Más País y Sumar.

Acorralado por la corrupción, el presidente de Gobierno, Pedro Sánchez, intenta maniobrar para no verse más salpicado por la trama de corrupción socialista conocida como el caso Koldo.

Con la imputación de su ex mano derecha, José Luis Ábalos, cada vez más cerca por su “papel principal”, Sánchez está desesperado por evitar que los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil sigan permeando y dejando en evidencia el alcance de una trama que de momento, salpica a siete ministerios y hasta la propia sede del Partido Socialista en Ferraz.

Para mear y no echar gota.

Lo de la trama de corrupción conocida como el caso Koldo no deja de sorprender. Cada día sale información sobre el caso que debería llamarse PSOE y no tener el nombre del exasesor de José Luis Ábalos, debido a la cantidad de miembros relacionados con Ferraz que se han visto salpicados por la corrupción.