El pasado, es algo que debemos soltar, haya sido grandioso o no. No se puede vivir en una realidad que ya no existe. Para que lo nuevo llegue, debemos hacer campo, aún en nuestra mente. José, al nacer sus hijos, se dio cuenta que había dejado atrás un pasado que no fue tan agradable. No pudo hacerlo solo, necesitó de Dios, quien lo ayudó a seguir adelante. Se dio cuenta que, para fructificar, es necesario olvidar algunas personas y momentos.