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Una de las pocas cosas malas que tiene viajar y vivir en una furgoneta camper es que cuando hace frío, hace mucho frío y cuando hace calor, pasas mucho calor.
Lo bueno es que gracias a la libertad que te da esta forma de viajar puedes estar en el norte en verano y en el sur en invierno.
Os cuento lo que he aprendido y como llevo yo vivir todo el año a merced de la meteorología.
Durante más de 500 noches durmiendo en una furgoneta he tenido algún que otro problemilla con la policía. Seguro que no os lo imagináis.
He aprendido mucho a como tratar con las autoridades, y lo que ahora tengo bastante claro, es que cuando viene la policía a echarte de algún lugar suele ser porque a algún vecino le molesta que estas ahí.