Conversamos en torno el debate del que habla el título del programa, pero también sobre los paisajes más hermosos que hemos visto o soñado, los documentales nazi, la gente ermitaña, las ventanas cerradas de Baudelaire, los portales del diablo, Guayasamín, las epifanías al momento de ducharse y el cuerpo modificado que le entregamos cada vez al dolor.

Un programa sobre la venganza, la sed de justicia, el rencor, la pena de muerte, los amigos de Marge Simpson, la escultura ecuestre y lo que significan las patas de los caballos, los documentales gringos de crímenes, Pedro de Valdivia, Moby Dick, las teleseries, Ed Kemper y los globos oculares, Érase una vez en el Oeste, los diálogos de Pulp Fiction y las canciones del Julio Pablo.

Hablamos sobre esperar cosas que no llegan, la paciencia, Barthes y el discurso amoroso, la esperanza de una llamada, la infancia de Agota Kristof, las cajas de oscuridad que también son regalos, los gansos salvajes, los dentistas pesados, soñar que andas en taxi, Penélope y el tejido eterno, los contactos del Papa Juan Pablo II con la mafia italiana, los secuestros, la incertidumbre como un espacio peor que la muerte y la familia de las cosas.

Capítulo dedicado a mirar hacia arriba, las nubes, los ovnis, el rapto, Van Gogh y la mala alimentación, los apodos horribles que se inventan las parejas, la red que cubre la atmósfera, la televisión noventera, colegialas poseídas, el Pollo Fuentes superhéroe, la guitarra campesina, rayos, relámpagos, los seres que cantan porque están vivos y la explosión de estrellas de la que viene el hierro de nuestra sangre.

Dispersión, depresión, gallinas, iglesias pobres, Edvard Munch, la inteligencia artificial, Pompeya, volver a hacer lo que dije que no iba a hacer más, Rosario Bléfari, el apuñalamiento de George W. Bush, el robo del amor romántico, la profesionalización de nuestros mecanismos de defensa emocional, pasar el domingo acostada con una amiga y despedirse para siempre de un nogal.

Memento mori, pinturas de canastos con fruta, pescados que resucitan, fiestas Tunick, taxidermia, naturaleza muerta, tiburones en formol, hámsters podridos, vínculos fallidos que se niegan a desaparecer, flores secas, plantas falsas, velorios alegres, mascotas congeladas, parejas que estiran el chicle, dramaturgos franceses, papás que trabajan en funerarias, diálogos imposibles, sobrevivir al apocalipsis en Chile y escribir sobre pájaros que alguna vez fueron dinosaurios.

Programa que continúa la temática animalesca del capítulo anterior. Hablamos sobre zoológicos, morirse en el mismísimo cementerio, la noche de San Juan, la Capilla Sixtina y el demonio femenino con extremidades de serpiente, noticias satánicas y Chayanne inmortal. También escuchamos los collages sonoros de Francisca Villela, las canciones de Prissa (ex Televisa) y algunos fragmentos de la nueva dramaturgia existencial.

Haikus, los ojos de los osos, la indiferencia de la naturaleza, C.A Conrad y los rituales somáticos para escribir, las cavernas del paleolítico, la separación entre alta y baja cultura, los límites que no nos interesan, seres vivientes con rostro pero sin lenguaje, El Bosco, la condena moral humana, cambiarse de casa y la ansiedad, pedirle pensión alimenticia al ex por los gatos, la muerte de los gnomos y convivir con un coyote.

El miedo al vacío y sus manifestaciones en la Historia del Arte y en nuestra cotidianidad. Temerle al tiempo libre, llenarse de cosas, habitar la incertidumbre, amar las esculturas de Rachel Whiteread, analizar el Chavo del Ocho y su minimalismo latinoamericano, la gran pregunta de por qué las guaguas en la guata que no se ahogan con el líquido amniótico, Zurita y el Paraíso, el tenebrismo, el negro que está lleno de colores y los supervacios del espacio exterior que tienen un diámetro de casi 250 millones de años luz.

Verdes de celos, las pinturas de Munch, Salieri y la envidia, Karol Dance y el demonio, el síndrome de Otelo, Lavín y el piropo de la ensalada, las canciones, las hormonas, la incomodidad. Sentir culpa por no hacer nada, encontrarse con un zorrito camino a Tongoy, partir a un hijo en dos, ser el color complementario de alguien, querer ser otra persona, el verdadero problema de Sylvia Plath y no tener donde vivir porque los arriendos son muy caros.