"Que un niño se pueda ahogar es cuestión de segundos", asevera Carlos Ruiz Cosano, pediatra y profesor titular de la Universidad de Granada de Pediatría. En 2024 fallecieron 32 menores por ahogamiento, y fueron 471 las personas ahogadas en España y 72 en Andalucía. Se registran dos picos de incidencia, el primero es el de niños por debajo de 4 años y después los adolescentes . Ante esta preocupante cifra, es natural preguntarse: ¿qué hacer en caso de que se produzca un ahogamiento?
El pediatra Carlos Ruiz Cosano, doctor de la clínica Carlos Ruiz Cosano en Granada, en los estudios de Onda Cero Granada
Ruiz Cosano aconseja, en primer lugar, actuar para prevenirlo. En el caso de los niños, "que los padres vigilen permanentemente a sus hijos", advierte. Además, el doctor se mantiene tajante contra los manguitos y los flotadores: "Siempre es mejor confiar en un chaleco". Tendemos a confundir mantenerse a flote con mantenerse por encima del nivel del agua y eso es un error fatal. Ante un ahogamiento, lo primero es sacar rápidamente al niño del agua, por supuesto llamar a los servicios de emergencia, y si no tiene latidos, realizar maniobras básicas de RCP.
La Asociación Española de Pediatría es clara: "Poner a la persona ahogada boca abajo nos hace perder un tiempo crucial"
Existen una serie de mitos, que ha promovido sobre todo el cine, que debemos descartar. El pediatra asegura que "nunca hay que poner al ahogado boca abajo ni hacer maniobras de Heimlich", porque, nos explica, "no sabemos cómo está su columna cervical y los movimientos deben ser los mínimos posibles para evitar lesiones secundarias". Y por supuesto, una persona que se está ahogando nos va a pedir auxilio: "La persona que se está ahogando lo que está intentando es respirar". "Los socorristas tienen que estar pendientes más del que no hace nada que del que hace algo, los ahogamientos son silenciosos". Por todo esto, lo básico es "la vigilancia continua". "Es fundamental por parte de los padres", sentencia el profesor en Pediatría Carlos Ruiz Cosano.