Acompáñanos a recordar la icónica obra francesa que pese a ser la tercera película de Demy y la primera a color, nos muestra a un director completo, con un propuesta estética propia, un argumento atractivo y una música preciosa de manos de Michel Legrand.
Una desconocida Catherine Denueve deslumbra con su interpretación y belleza, la pintorezca ciudad, el cuidado en los interiores, la iluminación y la efectividad de los planos nos hacen más grato, más alegre y más desoladora esta hermosa película musical que es también una carta de amor a los grandes musicales estadounidenses.