Trabajó de abogado. Su vida estaba preparada para acabar jubilándose en un bufete. Pero una pareja de guardias civiles, chico-chica, le hicieron modificar el rumbo. Hizo un cambio de sentido y se ha dedicado plenamente a la escritura. Es Lorenzo Silva. El chico es Bevilacqua, y la chica, Chamorro. Después de casi 25 años junto a nosotros, siempre tenemos curiosidad renovada por ver en qué nuevo lío se meten, qué caso deben resolver. Y en La llama de Focea viajan al camino de Santiago.Queralt Bonmatí, una joven barcelonesa de familia pudiente, aparece asesinada en un paraje del Camino. Había salido tres semanas antes de Roncesvalles, donde tuvo un incidente con un desconocido, pero esta es sólo una de las pistas que no ayudan a una resolución rápida. El subteniente Bevilacqua recibe del máximo jefe del cuerpo, el teniente general Pereira, el encargo de ocuparse de la investigación, dado el perfil del padre de la víctima, Ferran Bonmatí, un expolítico y empresario vinculado al separatismo catalán que a su vez está en el radar de la justicia por sus oscuras actividades en apoyo del desafío al Estado.En la sección de Audiobros, nos paseamos por las páginas de la última novela de Carmen Mola, Las madres.Y conocemos poco más a Luis Landero, premio Nacional de las letras. Desde que nos regaló Juegos de la edad tardía, es uno de nuestros favoritos.